Este 16 de enero se conmemoran 28 años de la firma de los Acuerdos de Paz, que le dieron fin a la conflicto armado en El Salvador que comenzó en el año 1980.
Desde 1989, se gestaron varias reuniones entre Gobierno y las facciones de la guerrilla que componían el FMLN, para llegar a un cese al fuego definitivo; el acuerdo fue sellado en el castillo de Chapultepec, México en 1992.
Fue también en el año 1989 que el grupo de izquierda organizó la llamada ‘Ofensiva Hasta el Tope’: un intento por conquistar la capital cuscatleca junto a cabeceras departamentales.
El resultado fue ‘predecible’: las fuerzas armadas repelieron el ataque de los guerrilleros que provenían de asentamientos del Volcán de San Salvador, sin embargo, el constante ataque generó el agotamiento del cuerpo militar y obligó al Gobierno de Félix Alfredo Cristiani, a dirigir la “política a la negociación”.
La imagen del Gobierno ya se resquebrajaba por el asesinato de los sacerdotes Jesuitas en la Universidad Centroamericana Jose Simeón Cañas (UCA) por parte de las fuerzas armadas; la masacre de El Mozote y las constantes denuncias a los derechos humanos contra los civiles.
La intervención de Naciones Unidas fue necesaria ante el incremento de muertes de civiles, y las bajas que sufría la Fuerza Armada de El Salvador, aunado al clima de polarización que infundían ambos bandos.
El número de víctimas ha sido calculado entre 75 mil muertos y más de 8 mil desaparecidos.
Según el registro histórico, el gobierno del ex presidente Napoleón Duarte, inició con los primeros encuentros con la guerrilla, en octubre de 1984 en La Palma, Chalatenango. Una segunda cita se dio en noviembre de ese año, en Ayagualo, La Libertad; cuyos actores claves fueron los doctores Abraham Rodríguez (por el gobierno) y el doctor Rubén Zamora (por la guerrilla).
En tercer lugar, el diálogo tomó lugar en Sesori, San Miguel, en septiembre de 1986, donde Rodolfo Castillo Claramount y Jorge Villacorta, representantes del gobierno y guerrilla respectivamente, presidieron el encuentro.
Posteriormente, en octubre de 1987, en la Nunciatura Apostólica en San Salvador, bajo la mediación de monseñor Rivera y Damas; el gobierno fue representado por Fidel Chávez Mena, mientras que Salvador Samayoa a la guerrilla.
Años más tarde, en abril de 1990, se celebró una reunión de diálogo en Suiza, donde se firmó un acuerdo que determinó el conjunto de normas a seguir en el proceso de negociación y se demostró una voluntad por parte de ambos bandos, de alcanzar una solución política y negociada al conflicto de ese entonces. Además se fijaron los siguientes objetivos: terminar el conflicto armado por la vía política; Impulsar la democratización del país; garantizar el irrestricto respeto a los derechos humanos; reunificar a la sociedad salvadoreña.
En julio de 1990, en Costa Rica, se firmó el Acuerdo de San José, que consistía en establecer un compromiso para respetar los derechos humanos por parte de las fuerzas en contienda, poniendo fin a prácticas como los asesinatos selectivos y la desaparición forzada de personas.
Los Acuerdos de Paz fueron firmados por el ex presidente Cristiani, el fallecido líder del FMLN Schafick Handal, el ex canciller Óscar Santamaría, el escritor David Escobar Galindo, y el ex comandante Roberto Cañas.
Aunque se firmó en papel el 16 de Enero, el verdadero cese definitivo del conflicto fue el 1 de febrero de 1992, bajo la supervisión de COPAZ y la presencia notable de ex comandantes del FMLN y sus antiguos enemigos formales.
La “salida consensuada” al conflicto, como fue catalogada por personeros de las negociaciones, llevó al desmantelamiento definitivo de cuerpos de seguridad como la Policía Nacional, Guardia Nacional y Policía de Hacienda, la disolución de patrullas cantonales y a la creación del Ministerio Público tal y como lo conocemos: Procuraduría General de la República (PGR), Procuraduría para la Defensa de Derechos Humanos (PDDH) y la Fiscalía General de la República (FGR). Además dio paso a la fundación de la Policía Nacional Civil (PNC) y el Tribunal Supremo Electoral (TSE); además el código procesal penal y el código penal sufrieron modificaciones: ahora los jueces ya no podían ordenar investigaciones, era la FGR que ordenaría e investigaría casos penales.
La Asamblea Legislativa no se quedó exenta y el 23 de Enero de 1993, aprobó una Ley de Amnistía, que libraba de persecución penal todos los delitos fraguados en los 12 años que duró el conflicto; esta abarcó a comandantes de la guerrilla y operativos de la Fuerza Armada y el Alto Mando.
El 15 de marzo de 1993 se publicó el informe “De la locura a la esperanza: La guerra de 12 años en El Salvador” por parte de la Comisión de la Verdad para El Salvador; donde se extraen las violaciones a derechos humanos cometidos entre ambos lados.