«A pesar de los esfuerzos, se contagiaron por portador asintomático, no fue uno, eran dos o tres (…) creería que el culpable fue el coronavirus, pero no fuimos suficientemente serios nosotros que damos atención a los adultos mayores», aseveró la coordinadora del Programa de atención a la adulto mayor del Ministerio de Salud, Nidia Cañas, sobre los contagios de COVID-19 en el asilo Sara Zaldívar.
De acuerdo con Cañas y la directora del Instituto Salvadoreño de Rehabilitación Integral (ISRI), Ligia Gallardo, desde el 30 de enero comenzaron a realizar protocolos de prevención, como evitar las actividades entre los adultos mayores que aglomeraran a más de 100 personas.
Asimismo, se realizaron 10 jornadas de saneamiento en el asilo para evitar la propagación y se efectuaron tamizajes periódicos al personal para descartar contagios de coronavirus; en total, hasta la fecha habían realizado 800 pruebas repetitivas, a algunos trabajadores incluso dos veces.
El día 18 de mayo se confirmó el primer caso en Sara Zaldivar, sin embargo, no era un adulto mayor, sino personal que da atención a estos.
«El personal sería un foco de atención y de contagio, muchos trabajan en otros lugares, en hogares y en hospitales», señaló Cañas.
Así también, resaltó que se identificaron zonas de riesgo y distribuyeron kits que incluían guantes, mascarillas y alcohol gel; tanto para el adulto mayor como para sus cuidadores, con el fin de reducir la probabilidad de contagio
«Hicimos todo lo necesario para protegerlos, pero es la misma característica del virus y su evolución en el país lo que permitió el contagio en el Sara Zaldívar», afirmó.
Al ser cuestionados por la cantidad de contagios en el asilo, explicaron que solo el Ministro de Salud, Francisco Alabí puede dar esa información; hasta este martes, se conocía de cerca de 80 contagiados y tres fallecidos, hasta el domingo.
Por otra parte, diputadas del FMLN pusieron un aviso de demanda ante la Fiscalía General de la República para investigar los casos de contagios en este asilo, debido a que los adultos mayores permanecen en resguardo, por lo que la falta de protocolos pudo haber causado la propagación en uno de los grupos más vulnerables.