Absuelven a septuagenario que fue acusado de pagar $500 para que mataran a su nieto de 9 años en Candelaria La Frontera

El Tribunal 1º de Sentencia de Santa Ana emitió un veredicto de carácter absolutorio a favor de José Antonio Cruz, de 75 años, a quien la Fiscalía General de la República (FGR) acusaba de ser el autor intelectual del homicidio agravado en perjuicio de un niño de nuevo años.

Durante la vista pública, el Ministerio Público no logró acreditar la participación del imputado en la comisión del delito; y debido a la falta de pruebas no se logró quebrantar su presunción de inocencia y fue puesto en libertad.

El juicio se llevó a cabo a través de vídeo conferencia, pues el imputado se encuentra en el Centro de Atención Integral en Salud para Personas Privadas de Libertad con Enfermedades Crónicas Degenerativas, de Santa Ana, lugar al que recientemente se le proveyó de una pequeña sala para audiencias virtuales, ya que carecía de una.

Por este mismo caso, el pasado 12 de agosto uno de los Jueces de este mismo Tribunal impuso una condena de 30 años de prisión a Pablo Gilberto Martínez Vásquez, de 19 años, quien a través de la prueba desfilada en juicio se comprobó que fue la persona que ejecutó el crimen contra José Julián Martínez Trinidad.

Según el dictamen judicial, el crimen ocurrió el 23 de agosto del año 2019, en el caserío La Garita, cantón Casas de Teja, del municipio de Candelaria de la Frontera, en Santa Ana. En ese lugar, el menor de nueve años fue asesinado con arma blanca; y la causa de su muerte, según autopsia realizada, fue «fallo cardio circulatorio letal, desencadenado por hemorragia producida por una herida en la vena yugular, causada por heridas corto contundentes múltiples en el cuello».

La Fiscalía señaló a Cruz de ser el autor intelectual del hecho; y Martínez Vásquez el autor material. La tesis que desfiló en el proceso consiste en que el septuagenario, abuelo de la víctima le pidió al joven, quien también era su tío, asesinar al niño.

Martínez Vásquez llevó al pequeño hasta un lugar desolado. Ahí sacó un corvo y le produjo múltiples heridas hasta dejarlo sin vida.

El cadáver del menor fue encontrado por la Policía la noche del mismo día, luego de que sus parientes interpusieran la denuncia respectiva por su desaparición en horas de la tarde.

Según la FGR, el abuelo de Julián ordenó su asesinato porque el pequeño se oponía a los cortejos que él hacía a una pariente en común y porque supuestamente el ahora fallecido entraba a una de sus propiedades a robar frutas.

Cuando presentaron a los sujetos ante la prensa, tres días después del crimen, Martínez confesó que el abuelo le había encomendado la tarea: «Yo (lo maté) porque él me dijo… 500 me iba pagar y ya no me pagó», refiriéndose a Cruz.