El Senado de Estados Unidos confirmó a la jueza ultraconservadora Amy Coney Barrett, nominada por el presidente, Donald Trump, para cubrir la vacante que dejó en el Tribunal Supremo la fallecida magistrada progresista Ruth Bader Ginsburg.
La confirmación de Barrett, de 48 años, inclinará a la derecha la composición del Supremo probablemente durante décadas, ya que dejará en la corte a seis jueces de tendencia conservadora frente a tres magistrados progresistas.
Barrett fue nominada por Trump días después, el 26 de septiembre, antes de que Ginsburg fuese incluso enterrada.
Del mismo modo que los republicanos bloquearon la confirmación de un juez progresista durante el último año del mandato de Barack Obama, no quisieron arriesgarse ahora a que una posible victoria demócrata la semana que viene frustrase sus planes con Barrett.
Temas delicados
El ascenso de Amy Coney Barrett a la Corte Suprema modificará considerablemente el equilibrio del alto tribunal, con una mayoría conservadora de seis magistrados contra tres más progresistas. La magistrada comenzaría en el alto tribunal el el 2 de noviembre, en la víspera de la elección presidencial.
Los demócratas advirtieron que Barrett puede votar para desarticular el Obamacare, una reforma de salud que ha ayudado a millones de estadounidenses a obtener un seguro médico, y que tal vez ayudaría a anular la sentencia del caso Roe contra Wade de 1973 que permite el derecho al aborto.