El Congreso de Perú ha destituido este lunes al presidente, Martín Vizcarra, tras dos años y ocho meses en el cargo. Acusado por entregar contratos gubernamentales a cambio de sobornos, Vizcarra dijo que aceptaría la votación, no emprendería ninguna acción legal y dejaría el palacio presidencial.
El dirigente ha negado las imputaciones. “Me voy con la conciencia tranquila, la frente en alto y el deber cumplido. Hasta otra oportunidad”, ha asegurado Vizcarra en Twitter.
Este martes ha asumido el cargo de presidente de transición el jefe del Parlamento, Manuel Merino, de Acción Popular, un político que tuvo un rol crucial en la primera moción para destituirlo en septiembre, pues permitió a un congresista —sobre el que pesan acusaciones constitucionales— que difundiera en un pleno del Congreso audios de conversaciones del presidente y su entorno sobre la contratación irregular de un amigo de Vizcarra como consultor del Ministerio de Cultura.
Varios legisladores que simpatizan con Vizcarra se han pronunciado en contra de la decisión.
«Este es un golpe disfrazado. Necesitamos calma, pero también mucha vigilancia ciudadana», dijo George Forsyth , un exalcalde que participa en la carrera presidencial del próximo año.