El Departamento de Estudios Económico de la Fundación Salvadoreña de Desarrollo (FUSADES) presentó este martes 1 de diciembre el informe “Coyuntura Económica Noviembre 2020”, en el que plasmaron un análisis de los indicadores de El Salvador para este año y el presupuesto 2021.
Dicho estudio hizo eco del incremento del 16% del presupuesto en comparación con 2020, y un 26% con relación al 2019; además, establecen que la situación de emergencia puso al presupuesto 2020 en un déficit elevado, que no lo contempla el monto del próximo año.
Carolina Alas, investigadora del departamento señaló que del presupuesto de $7,456 millones, $225 millones irán para remuneraciones y contempla más de $1000 millones en deuda pública, algo que podría hacerlo insostenible, si el resto de fondos se utilizarán para gasto social.
“Hay un aumento de la deuda, y deuda más cara, de la que se hace a través de emisiones de bonos, esto aumenta la probabilidad de impago y por consiguiente una crisis fiscal”, advirtió.
Por otro lado, en cuanto al presupuesto de Salud y Educación, que han sido modificados para adaptarse a la nueva realidad por la pandemia del COVID-19, aseveró que hay partidas que aún no se han identificado sus orígenes, considerando las demandas del Gobierno por la aprobación de préstamos desde el Congreso.
“Eso es bastante preocupante, y no está basado en presupuesto, y por tanto, es difícil identificar lo que se va a tomar para gastos temporales en la emergencia y para gastos permanentes…además no se han tomado en cuenta los préstamos que se van a desembolsar para 2021, y por último no es acorde a la Ley de Responsabilidad Fiscal y no muestra metas fiscales”, puntualizó.
En cuanto al déficit fiscal, basados en los ingresos y egresos del Estado, refleja un monto de $1,640 millones. Es decir, cerca del 6.5% del PIB.
“Lo consideramos alto, si tomamos en cuenta lo que sucedió en 2020, lo que pasa es que este presupuesto está mal elaborado, y por lo tanto, el déficit es mucho mayor… tenemos una sobreestimación de ingresos tributarios de $688 millones y que según proyecciones, estadísticamente es imposible, con probabilidades de menos del 1% que se pueda alcanzar, independientemente si crezcamos más, o un poco o no crezcamos”, explicó Alas.
En el rubro de ingresos diversos, que consiste en las entradas de capital proveniente del sector financiero, FUSADES concluye que hay una sobreestimación alta, que asciende a $249 millones, por lo tanto, sólo en ingresos estaría cerca de $2 mil millones en sobreestimación, “si están sobreestimados, quiere decir que en el transcurso del año, esos ingresos no van a ser percibidos, y al no ser percibidos, muchos gastos se pondrán en peligro, y si se llegaran hacer del pago de deuda o intereses será una situación más seria”.
Conclusiones
El índice de percepción de clima de inversión de FUSADES, al tercer trimestre, llega a –46.4; 62% de las empresas mencionaron el COVID-19 como factor negativo del clima de inversión, y 27% por la incertidumbre política y económica.
La posibilidad de amortiguar el impacto con teletrabajo era limitada; para el comercio era de 27%, pero para industria y construcción era de 6.8% y 1.7%, agudizando el impacto de la cuarentena.
Las pérdidas acumuladas del PIB de 2020 a 2025 rondarán entre $10,000 y $15,000 millones (entre dos a tres años de presupuesto público).
El Salvador había sido el país más golpeado por la pandemia:
En agosto de 2020, la variación del índice mensual de actividad económica (IMAE) de El Salvador, era de –9.1%, seguido por –7.3% en Costa Rica, –5.8% en Honduras, –0.8% y –0.7% en Nicaragua y Guatemala.
A septiembre, los cotizantes a la seguridad social en El Salvador habían caído –5.9%, en Costa Rica –3.7% y en Nicaragua –1.7% a octubre.
Acumulado a septiembre, las exportaciones de bienes de El Salvador se habían reducido –21.1%, Costa Rica –1.3%, y Guatemala –0.3% y en Honduras 0.2%. Nicaragua a agosto, 8.6%.
Con la pandemia y la polarización política entre Gobierno y Diputados, hubo un acelerado deterioro de las finanzas públicas:
A septiembre de 2019 el déficit fiscal llegó a $382.1 millones, pero en septiembre de este año es de $2,257.6 millones.
Mientras los ingresos disminuyeron $343.9 millones, el gasto público aumentó $1,571.2 millones en el mismo período.
De aprobarse el Proyecto de Presupuesto 2021 habría un deterioro aún mayor de las finanzas públicas.
El proyecto de presupuesto contempla un déficit de $1,640 millones, pero no incluye $1,337 millones en préstamos de la emergencia, y según FUSADES viola el artículo 227 de la Constitución al omitir gastos y sobrestimar ingresos por un total de $1,285.4 millones.
La suma de estos tres componentes implica un déficit fiscal de $4,262.9 millones, o 16.8% del PIB.
Con esto la deuda pública alcanzaría 104.5% del PIB, y el costo de intereses en 2021, superior a los US$1,350 millones, es tan alto, que pone en riesgo el gasto social.



















