Por: Redacción YSKL.
“En estos largos años, los gobiernos han entendido la respuesta a la pandilla de manera policial o de manera militar, y no es esa la respuesta, porque la pandilla es parte de la sociedad salvadoreña”. Así lo indicó Dagoberto Gutiérrez, ante el actuar del Ejecutivo sobre los grupos delictivos que actualmente han utilizado las muertes u homicidios como medio para imponer fuerza al Estado.
El analista político aseguró que las pandillas, con la que llamó «muestra de poder», buscan obligar al Gobierno a negociar. “Y con estas decisiones entiendo que el Gobierno está diciendo: No hay términos de negociación y entendimiento con la pandilla”.
Sin embargo, Gutiérrez señaló que las autoridades de seguridad no pueden hacer alarde de los descensos de los homicidios. «No es lo más sabio. Por lo menos no en este momento, en donde depende de la pandilla subir o reducir el número de homicidios, esto hasta que la pandilla pierda su capacidad operativa”.
El ex comandante advirtió que el conflicto social «tendrá una larga duración» y no se soluciona con la implementación de leyes más duras, ya que el fenómeno pandilleril data de más de 30 años.
Dagoberto manifestó que el génesis de esta “guerra social” que sucedió a la guerra civil y desde entonces no se resolvió.
“Cuando el neoliberalismo se implantó, este dejó afuera del mercado, de la economía, del trabajo y del salario a miles de muchachas y muchachos. Que decidieron 2 cosas: no dejarse morir de hambre y participar en el reparto del pastel”, expresó el analista, refiriéndose al origen de la pandilla en el país.
«Esto es una guerra, que a diferencia de la guerra civil que tenía un motor político, y ese motor político se llamó exclusión política. en el caso de la pandilla, no es político, es económico. Todo este movimiento social de pandillas, se trata de ejércitos de muchachos que cuando se resolvió la guerra quedaron fuera de la vida, del futuro”, sostuvo.
De acuerdo a Gutiérrez, la pandilla se ha convertido en una fuerza política, y en «sujetos de negociación», para ellos no es importante el territorio por el suelo, sino por las comunidades que lo ocupan. “Las pandillas pasaron a controlar tanto el territorio como la vida política de las personas. Esto le da el poder político”.
Gutiérrez también recomendó al Gobierno una «estrategia» de liderazgo que no esté basada en miedo. «El control es la forma más débil del poder. Porque cuando yo solo controlo, es que soy débil, porque el que dirige y es líder no solo necesita controlar, el líder es el que expresa la psicología de los otros, líder es el que hace lo que los otros quieren”.
«Ese es el punto donde el gobierno debe comenzar a trabajar, demostrándole a la gente que no es la pandilla la que le garantiza sus intereses, sino el gobierno y Estado».
Finalizó afirmando que la respuesta a este fenómeno no está en el derecho penal. “Nunca el derecho sirve para resolver crisis políticas”.



















