El Fondo Monetario Internacional enfrenta presiones para reevaluar cómo sus tarifas sobre los préstamos que otorga a países necesitados como Ucrania, que es uno de los mayores prestatarios del organismo financiero.
La medida se produce mientras más países tendrán que recurrir al FMI, debido a que los precios de los alimentos y la inflación a nivel internacional siguen aumentando.
El subsecretario del Tesoro de Estados Unidos, Wally Adeyemo, dijo el mes pasado que los ministros de Finanzas de varios países se dan cuenta de que tienen que pagar un precio por la guerra de Rusia en Ucrania, especialmente con el aumento de los precios de los alimentos.
“Tendrán que recurrir al FMI, necesitarán encontrar ayuda”, dijo Adeyemo.
Sin embargo, el sistema de tarifas del FMI podría cambiar a través de la legislación estadounidense. Una enmienda a la Ley de Autorización de la Defensa Nacional, también conocida como ley de gastos de defensa, suspendería los recargos del FMI mientras se estudia su eficacia y la carga para los países endeudados.
Eso fue aprobado por la Cámara de Representantes de Estados Unidos en julio. Se espera que el Senado vote sobre por el proyecto en septiembre.
Como el mayor accionista del FMI y miembro de su junta ejecutiva, Estados Unidos puede impulsar decisiones de política y vetar unilateralmente algunas decisiones de la junta.
Citando como ejemplos el empeoramiento de las crisis financieras en Sri Lanka y Pakistán, algunos acusan a China de involucrarse en la diplomacia de la deuda, es decir, tener países tan endeudados en dinero, que también les deja en deuda en asuntos internacionales.
Defensores y organizaciones de derechos civiles se quejan de lo mismo contra el FMI, y afirman que este socava su función principal de ser el último recurso para países en posiciones vulnerables.
Con un riesgo cada vez mayor de una crisis de deuda global y tasas de interés en aumento, el problema se ha vuelto más apremiante para los países que buscan reducir sus déficits.
Sin embargo, algunos economistas y representantes del FMI dicen que los recargos equivalen a un comportamiento crediticio responsable, ya que brindan un incentivo para que los miembros con grandes saldos pendientes paguen sus préstamos con prontitud. Esto se aplica especialmente a los países que, de otro modo, no podrían obtener financiamiento de acreedores privados.
Maurice Obstfeld, profesor de economía de Berkeley y exdirector del departamento de investigación del FMI, dijo que, como prestamista de último recurso, la capacidad del Fondo para prestar es importante ya que los países de ingresos bajos y medianos enfrentan tasas de interés crecientes.
“El personal del Fondo es pequeño y en una crisis, sus esfuerzos se despliegan mejor para atender las necesidades de los países miembros”, dijo en un correo electrónico a The Associated Press. “Los recargos podrían relajarse temporalmente ante las intensas presiones sobre los países prestatarios, pero a expensas de la capacidad del Fondo para servir a sus miembros a largo plazo”.



















