Por Redacción YSKL
Moody’s mejoró la calificación de emisor en moneda extranjera a largo plazo y la calificación de deuda senior no asegurada del Gobierno de El Salvador de Caa3 a Caa1, manteniendo una perspectiva estable.
Dicha mejora fue atribuida a una disminución significativa en los riesgos crediticios, especialmente en lo relacionado con episodios de estrés de liquidez.
«Las operaciones de gestión de pasivos, que incluyeron una recompra de deuda realizada en abril de 2024, han reducido significativamente las amortizaciones de deuda externa hasta 2027», según la agencia de riesgo crediticio.
Asimismo, destacó que el gobierno ha extendido el perfil de vencimiento de su deuda doméstica, disminuyendo su dependencia de instrumentos a corto plazo.
Cabe destacar que pesar de la mejora, la calificación Caa1 de El Salvador aún implicaría la que se perciben» instituciones y gobernanza débiles», así como una susceptibilidad relativamente alta al riesgo de eventos, reflejando el acceso limitado del gobierno a financiamiento transfronterizo.
La perspectiva estable se basa en los desarrollos positivos que han llevado a un perfil de deuda más favorable, pero también considera los desafíos continuos, como un espacio fiscal limitado y la baja asequibilidad de la deuda.
«Estos desarrollos positivos se contraponen a los continuos desafíos crediticios que pesan sobre el perfil crediticio de El Salvador y plantean riesgos a la baja, incluidos un espacio fiscal limitado, baja asequibilidad de la deuda y la falta de una estrategia fiscal y de financiamiento que aborde efectivamente los elevados costos de financiamiento e identifique financiamiento accesible para cumplir con las necesidades de pago a mediano plazo», cita el informe.
En cuanto al techo de moneda extranjera, se elevó de Caa1 a B2, manteniendo una brecha de dos niveles entre la calificación soberana y el techo de moneda extranjera.
Además, Moody’s consideró aspectos ambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés) en su evaluación. El Puntaje de Impacto ESG (CIS-4) de El Salvador refleja desafíos de gobernanza, riesgos sociales elevados y alta exposición a riesgos ambientales, como eventos climáticos extremos que pueden afectar significativamente la economía del país.
