Por: Redacción YSKL
El Fondo Monetario Internacional (FMI) y El Salvador han sentado las bases, a nivel técnico, de un nuevo programa de financiamiento por unos $1,400 millones para respaldar la agenda de reformas del gobierno.
El acuerdo, aclara la entidad en su sitio web, está sujeto a la aprobación del Directorio Ejecutivo del FMI.
El programa, discutido con el FMI desde 2021, tiene como objetivo reforzar la sostenibilidad fiscal y externa, mediante un plan de consolidación fiscal.
No obstante, las reuniones entorno al acuerdo se habían estancado, en parte por la petición del FMI en que El Salvador cumpla varios compromisos según el artículo IV, estos están relacionados a la gobernanza, transparencia y resiliencia fiscal.
Un equipo técnico del FMI encabezado por Luis Cubeddu, Subdirector del Departamento del Hemisferio Occidental, y Raphael Espinoza, Jefe de la Misión para El Salvador, sostuvieron conversaciones en San Salvador entre el 5 y 14 de diciembre de 2024.
Al término de estas conversaciones, el multilateral informó que las autoridades salvadoreñas y el equipo han llegado a un acuerdo a nivel técnico sobre un programa de 40 meses en el marco del Servicio Ampliado del Fondo (SAF) para atender las necesidades de balanza de pagos y respaldar las reformas económicas del gobierno.
También se espera que el programa catalice apoyo adicional del Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y otros bancos regionales de desarrollo (Banco Centro Americano de Integración Económica, BCIE, y el Banco de Desarrollo para América Latina y el Caribe, CAF) para un paquete de financiación global combinado por encima de los 3,5 mil millones de dólares durante el período del programa.
«La economía salvadoreña se sigue recuperando desde la pandemia respaldado por las fuertes remesas y a un notable repunte del turismo, en un contexto de mejora de la situación de seguridad, en el que los shocks climáticos sólo han tenido efectos negativos temporales», señaló el FMI.
Al mismo tiempo, resaltan que el déficit por cuenta corriente «ha seguido reduciéndose y la inflación ha disminuido aún más, apoyada también por una baja de los precios mundiales de las materias primas. La situación fiscal sigue mejorando muy gradualmente, y las recientes operaciones de gestión del pasivo han reducido sustancialmente las necesidades de financiación a corto plazo, en un contexto de fuerte reducción de los diferenciales soberanos».
Los elementos claves de dicho programa serían los siguientes:
- Política fiscal. El programa se basa en la mejora del balance primario de alrededor del 3,5% del PIB a lo largo de 3 años, para situar la proporción de la deuda pública en relación al PIB en una firme senda descendente tras alcanzar un máximo del 85% del PIB en 2024.
Esto incluye que el Gobierno implemente programas de eficiencia en la función pública, sistema de pensiones y la movilización de los ingresos para garantizar la sostenibilidad fiscal y una mayor reducción de los costes de endeudamiento.
- Gobernanza, transparencia, y resiliencia. El FMI ha establecido parámetros básicos de transparencia sobre la deuda pública, las pensiones, las empresas estatales, y los contratos públicos sobre los beneficiarios finales. Las primeras reformas se centrarán también en el establecimiento de un marco «sólido de lucha contra la corrupción y en la mejora de los mecanismos de lucha Antilavado de Activos y Contra Financiamiento del Terrorismo (ALA/CFT), en consonancia con las mejores prácticas internacionales».
Sobre este tema, el FMI espera que un virtual programa de financiamiento empuje a El Salvador a mejorar los colchones fiscales y del sector financiero, entre otras cosas mediante un refuerzo temprano del marco de liquidez de los bancos que también apoye el crecimiento continuado del crédito al sector privado.
Las reservas de liquidez exigidas a los bancos, que actualmente se ubican en el equivalente de 11,5% de los depósitos, deberán alcanzar gradualmente el 15% a finales de junio de 2026. El financiamiento del FMI fortalecerá las reservas brutas del banco central, reforzando así su capacidad para hacer frente a las crisis. Al mismo tiempo, se avanzará en reformas para adaptar la normativa bancaria a las normas de Basilea III sobre supervisión basada en el riesgo.
- Activos digitales. Parte del estancamiento en las negociaciones de los últimos años se centró en la petición del FMI por eliminar la obligatoriedad del Bitcoin en El Salvador, según el informe, San Salvador estaría de acuerdo en flexibilizar la ley del criptoactivo para que su recepción en los negocios sea voluntaria, a pesar que funcionarios de Hacienda y otras instituciones han insistido que esta medida no es obligatoria.
Para el sector público, la participación en actividades económicas relacionadas con Bitcoin y las transacciones y compras de Bitcoin estarán delimitadas. Además, los impuestos podrán ser pagados sólo en dólares y la participación del gobierno en la billetera cripto (Chivo) se irá reduciendo gradualmente, expresa el acuerdo técnico.
Se espera que el Directorio del FMI considere este programa para su aprobación a principios de febrero, una vez que se hayan implementado las acciones previas acordadas.



















