Por: Redacción YSKL.-
Una nueva caravana de más de 2,000 personas comenzó su recorrido hacia la frontera sur de Estados Unidos en un contexto de incertidumbre migratoria, marcado por el inminente regreso de Donald Trump a la presidencia.
Según Jizi Moza, director ejecutivo de la Fundación Instituto Salvadoreño del Migrante, la mayoría de los integrantes provienen de Sudamérica, Haití y, en menor medida, Centroamérica.
«Vemos que hay más que todo sudamericanos, ecuatorianos, venezolanos, haitianos, y realmente no vemos muchos centroamericanos, tal vez un par», señaló Moza, quien destacó que el objetivo principal de los migrantes es llegar a la frontera con México en Chiapas y luego intentar ingresar a Estados Unidos.
Moza explicó que el fenómeno de las caravanas, recurrente desde 2020, se ha intensificado debido a factores económicos, sociales y el accionar de redes de tráfico de personas.
“Sabemos que este fenómeno nace durante el mandato del actual presidente electo, Donald Trump, y sigue. Hay una manipulación de las bandas delincuenciales, los mal llamados coyotes, que dicen ‘vámonos, dennos un par de pesos y nos vamos’. Además, las caravanas también son una forma en que la gente busca ahorrar costos”, comentó.
Con la toma de posesión de Trump a pocas semanas, el futuro de la migración irregular parece enfrentar nuevos desafíos. Durante su campaña, Trump reiteró su intención de implementar políticas estrictas, incluyendo deportaciones masivas.
«Él quiere una deportación masiva, pero como siempre hemos dicho, una cosa son las promesas de campaña y otra es cumplirlas», subrayó Moza, quien también indicó que estas medidas probablemente se enfoquen en migrantes con antecedentes legales o estatus de deportación. “Sabemos que las personas con problemas con la ley serán las primeras en ser deportadas”, agregó.
El impacto de estas políticas podría extenderse más allá de los migrantes, afectando a los países de tránsito y origen. “El fenómeno de la migración irregular está apretando algunos estados”, destacó Moza, al advertir que las autoridades estadounidenses podrían adoptar una postura más estricta en la frontera. Esto podría traducirse en mayores restricciones para quienes buscan refugio o una oportunidad de trabajo en Estados Unidos, complicando aún más la situación de miles de familias que huyen de la pobreza y la violencia.
Mientras tanto, el futuro de las caravanas dependerá de cómo los gobiernos enfrenten esta crisis. Para Moza, la clave está en atacar las causas estructurales de la migración.
«Debemos entender que la frontera de Estados Unidos nunca ha estado abierta, ya sea con demócratas o republicanos», enfatizó, destacando la importancia de una cooperación internacional que garantice el respeto a los derechos humanos y soluciones sostenibles a largo plazo.



















