Por: Redacción YSKL
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el viernes que está terminando todas las discusiones comerciales con Canadá en respuesta al nuevo impuesto a servicios digitales que afecta a empresas tecnológicas estadounidenses.
En una publicación en Truth Social, Trump calificó el impuesto como «un ataque directo y descarado a nuestro país» y dijo que Canadá «obviamente está copiando a la Unión Europea, que ha hecho lo mismo».
Trump criticó a Canadá como «un país muy difícil para COMERCIAR», señalando que los aranceles canadienses sobre productos lácteos estadounidenses han alcanzado hasta un 400% a lo largo de los años.
El presidente indicó que su administración anunciará nuevos aranceles sobre productos canadienses dentro de los próximos siete días.
«Le informaremos a Canadá el arancel que pagarán para hacer negocios con Estados Unidos de América dentro de un período de siete días», escribió Trump.
Más temprano, el primer ministro de Canadá, Mark Carney, pateó el tablero geopolítico al terminar con la “longeva relación de integración” que ambos países mantenían desde la Segunda Guerra Mundial.
“El sistema de comercio internacional anclado en los Estados Unidos, en el que Canadá se apoyó desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, un sistema que tal vez no es perfecto, pero que ayudó a traer décadas de prosperidad al país, ha finalizado. La relación de profunda integridad con Estados Unidos ha finalizado”, expresó Carney.
De esta manera, Ottawa abandona por el momento una relación centenaria con Washington, que encontraba sus pilares en la “confianza y respeto mutuo”, sustentada por el acuerdo comercial USMCA, la membresía de ambos Estados en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y otros organismos de colaboración entre los países.
La fragmentación de las relaciones entre Estados Unidos y Canadá supone una potencial crisis. Actualmente, cerca del 75% de las exportaciones canadienses tienen como destino a los puertos estadounidenses, mientras que para Washington, Ottawa representa el 17% de los envíos internacionales.
Además, Canadá es el mayor proveedor extranjero de petróleo crudo de Estados Unidos y esta demanda energética alimenta el déficit comercial estadounidense con Canadá, que se espera que sea de $45 mil millones en 2024.
Por otro lado, el gobierno canadiense le da la espalda a Washington en el ámbito militar y establece la intención de lograr acuerdos con Europa antes del 1 de julio, también en disputa con la figura de Donald Trump y sus decisiones geopolíticas.
“Setenta y cinco centavos de cada dólar canadiense de gasto de capital en defensa van a Estados Unidos. Eso no es inteligente”, declaró Carney a la emisora pública CBC, que buscará unirse a ReArm Europe, un millonario plan para aumentar el gasto de defensa en Europa de cara a los próximos años.



















