Por: Redacción YSKL
Este viernes se conmemoran 39 años del terremoto más potente que sufrió la zona paracentral del país en las últimas décadas, un evento devastador que marcó profundamente la historia de El Salvador. Expertos en sismología constatan la magnitud de este sismo que ocurrió a las 11:51 a.m. del 10 de octubre de 1986.
El siniestro, que tuvo una magnitud de 5.7 en la Escala de Richter (5.4 en magnitud de ondas de cuerpo), duró solo 10 segundos, pero su impacto fue catastrófico. Su potencia se magnificó debido a que el epicentro se localizó en la falla de Los Planes de Renderos, una falla superficial que atraviesa los municipios de San Marcos y Santo Tomás, extendiéndose desde el cerro de San Jacinto e involucrando otras fallas dirigidas hacia el volcán de San Salvador.
El terremoto de 1986 dejó un saldo trágico y una profunda cicatriz en la infraestructura del país, todo esto en pleno apogeo de la guerra civil: 1,530 personas fallecidas, 10,000 heridos, 200,000 damnificados y daños estructurales en al menos 12,000 edificios.
La zona más afectada fue el Centro Histórico de San Salvador, donde la devastación alcanzó Barrios como Santa Anita, La Vega, San Esteban, El Carmen, Candelaria y Los Planes de Renderos. En algunas de estas áreas, el fenómeno se sintió con una intensidad de 9 grados Richter.
El impacto sísmico provocó el colapso de edificaciones emblemáticas, lo que evidenció la vulnerabilidad de las estructuras. Entre los edificios que se derrumbaron o sufrieron daños graves se encuentran:
- El Gran Hotel San Salvador.
- Los Centros Comerciales “Rubén Darío” (emblemático) y “Dueñas”.
- La antigua sede de la Administración Nacional de las Telecomunicaciones (ANTEL).
- Diversas oficinas ministeriales (Trabajo, Agricultura) y la Biblioteca Nacional.
- Centros educativos como el Colegio Guadalupano y la Escuela Joaquín Rodezno.
- El Hospital de Niños “Benjamín Bloom”.
Incluso la emblemática estatua del “Salvador del Mundo” en la Plaza de las Américas sufrió daños, perdiendo la cabeza de la imagen de Cristo y una cruz.
Según los registros sismográficos, a este evento principal le sucedieron 2,508 réplicas hasta el 26 de noviembre de 1986, la mayoría imperceptibles, pero testimonio de la intensa actividad telúrica desatada.