Por: DW
La decisión por parte de Washington de designar a un presunto cártel venezolano, el llamado Cártel de los Soles, como organización terrorista extranjera (OTE) entra en vigor este lunes, lo que abre la puerta a nuevas formas de presión de Estados Unidos sobre el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.
La lista de OTE, que incluye grupos islamistas, separatistas, guerrillas y, más recientemente, pandillas y organizaciones de narcotráfico de México y Colombia, está supervisada por el Departamento de Estado de Estados Unidos. Esto otorga al Gobierno liderado por Donald Trump facultades jurídicas para imponer sanciones, congelar activos y perseguir judicialmente a cualquier persona o entidad que colabore con una organización que figure en dicha lista.
A partir de hoy, lunes, la lista incluirá al Cártel de los Soles, que la Casa Blanca afirma que está dirigido por Maduro. «Este grupo clandestino es responsable de la «violencia terrorista en todo nuestro hemisferio», declaró el secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio. Las autoridades venezolanas rechazan esas acusaciones argumentando que no existen pruebas públicas de que están vinculadas al narcotráfico.
Ya existían sanciones legales contra altos funcionarios venezolanos por tráfico de drogas y corrupción, y esta designación implica la ampliación de acciones más agresivas en el plano militar, según expertos.
Esta medida forma parte de la campaña de la administración Trump contra las drogas y la inmigración ilegal procedente de Latinoamérica.
A pesar de que no se ha hecho pública ninguna prueba que respalde la acusación de la participación de Maduro en el grupo, con una importante presencia militar desplegada en el Caribe, incluyendo un portaaviones, la designación como OTE brindaría una cobertura legal para ejercer mayor presión sobre las autoridades venezolanas.
Las fuerzas estadounidenses ya han matado al menos a 83 personas en ataques aéreos contra embarcaciones acusadas de transportar drogas en aguas internacionales desde septiembre, según un recuento de la agencia AFP con cifras publicadas. Una vez más, no se ha hecho pública ninguna prueba de que hubiera drogas en las embarcaciones.



















