Por Redacción YSKL
El país atraviesa una disminución en la producción nacional de frijol y maíz desde 2022, situación que ha obligado a suplir la demanda con importaciones, especialmente desde Nicaragua, México y Estados Unidos, según la Asociación Cámara Salvadoreña de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios (CAMPO).
“El frijol que estamos consumiendo no es nuestro, es producido en Nicaragua”, afirmó Luis Treminio, presidente de CAMPO, este martes, en la entrevista Frente a Frente.
Producción en descenso desde 2022
Entre 2020 y 2021 la producción nacional superó la demanda, pero en los últimos tres años ha ido en descenso, según los datos presentados por Treminio.
En 2024, El Salvador produjo solo 15 millones de quintales de cereales, lo que representa un déficit de 10 millones frente al consumo nacional.
En el caso específico del maíz, la producción en 2023 fue de aproximadamente 11 millones de quintales, frente a una demanda de 18.8 millones, lo que generó un déficit cercano a los 8 millones.
El frijol, por su parte, registró una producción de 1.3 millones de quintales en 2024, frente a una demanda anual de 2.4 millones.
“El Banco Central de Reserva ya lo dijo: no hay frijol nacional, todo el frijol que se produjo ya se consumió”, explicó.
Factores que han reducido la producción
Treminio señaló que entre los factores que incidieron en la caída de la producción están el alza en los precios de insumos agrícolas desde 2022, producto de la guerra entre Rusia y Ucrania.
“Los precios de los fertilizantes subieron hasta un 120%”, indicó.
También se reportó un aumento del 100% en el precio del alquiler de tierras de cultivo en 2023.
Además, mencionó que la sustitución de los paquetes agrícolas por tarjetas de uso en agroservicios ha cambiado la dinámica de siembra.
Aunque estas tarjetas permiten adquirir insumos, ya no garantizan que los beneficiarios utilicen específicamente semillas nacionales para la producción de granos básicos.
Condiciones climáticas estables para la primera siembra
Pese a estos desafíos, Treminio afirmó que la canícula de este año ha tenido un impacto limitado sobre la primera siembra.
“Nosotros desde el inicio decíamos que iba a ser una canícula normal, que no iba a afectar mucho la producción y por lo menos se está cumpliendo eso”, dijo.
Las afectaciones se concentran en la zona oriental, donde la siembra fuerte comienza hasta agosto durante el ciclo de postrera.
El representante de CAMPO agregó que los cultivos pueden resistir hasta 12 días sin lluvia sin mayores consecuencias, y que actualmente las milpas sembradas en junio se desarrollan con normalidad.
“Están bastante buenas, no tenemos problema y consideramos que no va a haber problema en la primera”, apuntó.
Calendario de siembras y participación por cultivo
- Primera siembra (junio): 75% maíz, 20% frijol, 100% arroz.
- Postrera (agosto-septiembre): 75% frijol, 100% sorgo, 20% maíz.
- Final del invierno: 5% frijol, 5% maíz.
La siembra de la postrera comienza la segunda semana de agosto y se puede extender hasta el 12 de septiembre. Después de esa fecha, la producción es menos segura.
Producción de sorgo y arroz también enfrenta limitaciones
Aunque el sorgo ha mostrado mayor estabilidad, con una producción proyectada de más de 2 millones de quintales en 2023 y 2024, Treminio advirtió que la caída también ha sido sostenida.
El sorgo es un insumo clave para la industria de concentrados para aves y ganado, y se considera más resistente al cambio climático.
En cuanto al arroz, El Salvador nunca ha logrado cubrir su demanda nacional de 900,000 quintales.
La producción depende de los distritos de riego, pero actualmente solo están en funcionamiento los de Zapotitán y Atiocoyo.
El sistema Lempa Acahuapa permanece fuera de servicio desde que fue afectado por la tormenta Ida en 2009.