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Por: Redacción YSKL
El exmandatario de Honduras, Juan Orlando Hernández, ha sido liberado de una cárcel de Estados Unidos este lunes, después de que el presidente Donald Trump le concediera una amnistía completa e incondicional. El exgobernante, conocido como JOH, deja atrás no solo una sentencia de 45 años de reclusión dictada en Nueva York por delitos de narcotráfico, sino también un repertorio de imputaciones del Departamento de Justicia (DOJ) de EE. UU. que detallan varios años de actividad ilícita.
La remisión de la pena fue otorgada a pesar de que los fiscales norteamericanos habían identificado al expresidente, quien dirigió la nación centroamericana entre 2014 y 2022, como la pieza central de una estratagema que facilitó el movimiento de 400 toneladas de cocaína con destino a la Unión Americana.
El presidente Trump había avanzado la noticia de que otorgaría este beneficio el viernes anterior, escasos días antes de la contienda electoral presidencial en Honduras. Trump aseveró que la nación hondureña había solicitado el indulto y que el dictamen condenatorio contra Hernández había sido un “montaje” orquestado por la Administración de Biden.
Esta promesa de clemencia generó gran revuelo tanto en Estados Unidos como en Honduras. Más de medio centenar de agrupaciones de la sociedad civil latinoamericana expresaron su descontento por el perdón a un convicto por tráfico de drogas, justamente cuando Washington intensifica sus operaciones navales contra el narcotráfico en el Caribe.
En Honduras, el anuncio impactó la fase culminante de los comicios presidenciales, en medio del duelo entre Salvador Nasralla y Nasry “Tito” Asfura, este último contando con el respaldo público de Trump. Por su parte, la Casa Blanca defendió el indulto, argumentando que Hernández había sido objeto de un exceso de procesamiento durante el mandato de Biden.
Hernández fue hallado responsable en marzo de 2024 de la totalidad de los cargos presentados por el Departamento de Justicia de EE. UU.: confabulación para importar cocaína, conspiración para tener armamento y artefactos bélicos para el tráfico de estupefacientes, y tenencia de dicho arsenal durante la maquinación del narcotráfico.
Los fiscales señalaron que el exmandatario se confabuló con cárteles que transportaron más de 400 toneladas de cocaína, lo que, según sus estimaciones, equivalía a “mucho más de aproximadamente 4.5 mil millones de dosis individuales”. El DOJ de EE. UU. sostuvo, además, que durante sus años en el poder, Hernández “dio protección y enriqueció a los traficantes de drogas” dentro de su círculo próximo.
El Fiscal General, Merrick B. Garland, manifestó en un comunicado oficial del DOJ emitido el día de la sentencia que: “Como presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández abusó de su potestad para respaldar una de las organizaciones de narcotráfico más extensas y cruentas del mundo, y los pueblos de Honduras y Estados Unidos sufrieron las secuelas”.
Los documentos judiciales indicaron que, desde al menos 2004 hasta cerca de 2022, Hernández estuvo “en el núcleo de una de las confabulaciones de narcotráfico más vastas y feroces a nivel global”. La acusación detalló que el exmandatario “recibió sumas millonarias de dinero proveniente del narcotráfico” que empleó para impulsar su carrera política y, una vez en el poder, para facilitar la importación de la droga y proporcionar “mayor apoyo y amparo a sus co-conspiradores”.
Se hizo hincapié en que el expresidente “abusó de las entidades hondureñas, incluyendo la Policía Nacional y las fuerzas armadas, para resguardar y extender su confabulación”, y que su red empleó violencia y homicidios para llevar a cabo sus actividades. En junio de 2024, JOH fue sentenciado a 540 meses de encierro.
El concepto de un “perdón total” en el marco legal estadounidense, conforme a la Constitución y precedentes de la Suprema Corte, anula la condena de 45 años impuesta a Juan Orlando Hernández, le restituye sus facultades federales y previene futuros juicios por los mismos sucesos.
Sin embargo, dado que el indulto presidencial de EE. UU. se aplica únicamente a delitos federales, los procesos y la incautación de propiedades y activos financieros que le fueron ejecutados en Honduras tras su condena se mantendrían vigentes.
La esposa del exmandatario, Ana García de Hernández, expresó su regocijo por la excarcelación en sus redes sociales: “¡Dios es fiel y nunca falla! Ayer, lunes 1 de diciembre de 2025, vivimos un día que jamás olvidaremos. Después de casi cuatro años de dolor, de espera y de pruebas difíciles, mi esposo Juan Orlando Hernández VOLVIÓ a ser un hombre libre, gracias al perdón presidencial otorgado por el Presidente Donald Trump”.
Al momento, persiste la incógnita sobre si el expresidente deberá regresar a Honduras o si podrá establecer su residencia en Estados Unidos tras ser indultado. Su abogado, Renato Stabile, declaró a un medio local que no conocía la respuesta a esa interrogante.
