China aisló el jueves tres ciudades con más de 18 millones de habitantes, en un esfuerzo sin precedentes por frenar la propagación de un nuevo virus letal, el cual ha infectado a centenares de personas y se ha extendido a otras localidades y países durante la intensa temporada de viajes por el Año Nuevo Lunar.
La policía, equipos especiales y efectivos paramilitares vigilaban la estación ferroviaria de Wuhan, donde barreras metálicas cerraron el acceso. Sólo se permitía el ingreso de pasajeros con boleto para los últimos trenes.
Reinaba un silencio sepulcral en calles habitualmente ajetreadas, centros comerciales, restaurantes y otros espacios públicos. Se clausuró el aeropuerto, los transbordadores, el metro y los autobuses.
Se tomarán medidas similares el viernes en las ciudades vecinas de Huanggang y Ezhou. En la primera cerraron los teatros, cafés y otros lugares de reunión.
En Beijing se cancelaron los “grandes eventos” por tiempo indeterminado, incluidas las tradicionales ferias de Año Nuevo en los templos.
“Que yo sepa, tratar de contener una ciudad de 11 millones de personas es una novedad científica”, dijo Gauden Galea, representante de la Organización Mundial de la Salud en Beijing, en una entrevista con The Associated Press en su oficina. “No se ha intentado anteriormente como medida de salud pública. Por ahora no podemos decir si funcionará o no”.
Los enfermos con el coronavirus recientemente identificado aparecieron por primera vez el mes pasado en Wuhan, un centro industrial y del transporte en la provincia central de Hubei. La amplia mayoría de los 571 casos en China continental se han registrado en la ciudad.
Se han reportado casos en Estados Unidos, Japón, Corea del Sur y Tailandia. Se confirmó un caso el jueves en Hong Kong después de otro en Macao. La mayoría de los casos fuera de China eran de personas residentes en Wuhan o viajeros recientes a la ciudad.
Hasta el momento han muerto 17 personas, todas en Wuhan o las cercanías. La mayor tenía 89 años y la más joven 48.
Imágenes obtenidas de Wuhan mostraban filas largas y estantes vacíos en los supermercados, ya que los residentes se preparaban posiblemente para varias semanas de aislamiento relativo. Los camiones con provisiones pueden entrar libremente a la ciudad, pero muchos chinos recuerdan la carestía y privaciones de los años anteriores al auge económico reciente.
Estas medidas amplias son típicas del gobierno autoritario comunista, aunque se desconoce su eficacia para contener el brote.
Via: AP Noticias