El Juzgado Especializado de Sentencia “A” de San Salvador continúo este martes el juicio contra 35 presuntos miembros de una pandilla, acusados de los delitos de agrupaciones ilícitas, extorsión agravada, contrabando de mercadería, homicidio agravado, tráfico de drogas y proposición y conspiración en el delito de homicidio agravado.
Según la alegación inicial de la representación de la Fiscalía General de la república (FGR) la investigación se realizó entre el 2018 y 2019, tiempo en el cual con el método de intervención telefónica lograron detectar que sujetos que decían ser miembros de una pandilla estaban extorsionando a diferentes vendedores de los mercados del Municipio de San Salvador.
Vicente Ramírez, dirigente de una asociación de vendedores, se perfilaba en las escuchas como el interlocutor de las negociaciones de las pandillas y víctimas.
En audiencia, el Ministerio Público reprodujo ante las partes algunos audios de las intervenciones telefónicas, donde, según la parte acusadora, queda mostrado la participación de los procesados en los ilícitos que se les imputa. En uno de los audios, supuestamente Ramírez habla de una reunión que iba a tener en un restaurante, “me voy para una reunión con unos de los centrales (estructura delincuencial ya condenada), quieren ver como se hará la repartición”, se escuchaba decir.
Hasta el momento ya rindieron las declaraciones todos los testigo de la FGR, quienes narraron los seguimientos que les hicieron a los procesados, relatando que los seguimientos se realizaban luego que el centro de escuchas les avisaras sobre unas supuestas reuniones que se estaban dado entre civiles y pandilleros. “Él (Ramírez) les cobraba una cuota solidaria a los vendedores del centro, pero este dinero era repartido con una pandilla”, acotó el fiscal.
Asimismo, dijo que Ramírez había contactado a una familiar de un líder de la pandilla, Borromeo Enrique Henríquez, cabecilla de la MS en el Centro de San Salvador, para decirle que miembros de la pandilla del “programa centro” le habían dicho que ellos se harían cargo de recolectar el dinero con los vendedores y él no quería que eso pasara.
