Bolivia amaneció el lunes a la espera de mayor claridad sobre el avance de los resultados preliminares, tras una elección presidencial en la que el mandatario Evo Morales perdió hegemonía y se vería forzado a ir a una segunda vuelta.
La transmisión de los resultados preliminares del Tribunal Supremo Electoral seguía interrumpida el lunes, algo que en las últimas horas ha generado inquietud dentro y fuera de Bolivia, incluido el principal rival de Morales, el expresidente Carlos Mesa, quien dijo que no aceptará que se manipule un resultado que hasta ahora muestra que habrá un balotaje.
Con el 83,7% de actas computadas en el conteo rápido, Morales -al frente del partido Movimiento al Socialismo (MAS)- estaba a la cabeza del cómputo con 45,28% de los votos frente al 38,16% de Mesa, quien gobernó entre 2003 y2005 y ahora compite por la alianza de centro Comunidad Ciudadana (CC).
Los resultados finales deben ser entregados en siete días.
Para ganar en primera vuelta, un candidato debe obtener el 50% más un voto o ganar con al menos 40% de los sufragios, pero con una diferencia de diez puntos porcentuales frente al segundo lugar.
Analistas han dicho que la segunda vuelta es irreversible y anticiparon que la polarización aumentará la incertidumbre hasta diciembre. Mesa dijo que “es un hecho” la segunda vuelta, en cambio Morales se declaró ganador el domingo por la noche y no aludió a un eventual balotaje.
En tanto en las calles de La Paz se respiraba una mezcla de triunfo y duda. “Es un buen resultado. Muchos no estamos de acuerdo en que Evo siga. Esperamos que el voto de la segunda vuelta se respete”, dijo la universitaria Andrea Morales.
“Ha sido impresionante que Mesa se haya acercado a Evo. Tiene que haber segunda vuelta”, sostuvo el funcionario Joaquín Miguel.
El pastor evangélico coreano boliviano Chi Hyun Chung dio la sorpresa al ocupar un tercer lugar con un 8,7% de los votos y anticipo su apoyo a Mesa.
En su largo gobierno, Morales garantizó estabilidad política y económica con tasas de crecimiento promedio anual por encima del 4% durante 10 años y redujo la pobreza, pero los escándalos de corrupción y su afán de reelegirse, pasando por alto un referendo que en 2016 le negó esa posibilidad, deterioran su apoyo, según los analistas.
“Estamos como en el escenario del referendo de 2016” cuando Morales perdió por estrecho margen la consulta para su tercera reelección consecutiva, dijo el analista Marcelo Silva, profesor de ciencia política en la Universidad Mayor de San Andrés de La Paz.
“Es un escenario polarizado que demandará de acuerdos políticos para garantizar la gobernabilidad”, dijo a su vez la politóloga María Teresa Zegada, profesora en la universidad pública de Cochabamba.
Mesa es un periodista e historiador de 66 años que como vicepresidente ascendió al primer puesto de la nación cuando su predecesor renunció en 2003 en medio de protestas generalizadas.
“La gran pregunta es si una oposición relativamente débil y fragmentada podrá unir y desafiar a Morales, cuyo fracaso en primera vuelta refleja la creciente preocupación por la desaceleración de la economía, los escándalos de corrupción y perseguir su reelección desafiando un referendo y la constitución”, dijo a la AP desde Washington Michael Shifter, presidente de Diálogo Interamericano.