La recesión más severa de la industria de las aerolíneas ha pasado factura. Dos aerolíneas han iniciado un proceso de reestructuración comercial bajo el Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de los Estados Unidos. Por su parte, la aerolínea ecuatoriana TAME desaparecerá como resultado de una acción gubernamental para enfrentar la crisis económica de cinco años de la empresa.
Las aerolíneas, que en conjunto transportaron a más de 100 millones de pasajeros el año pasado, se vieron afectadas por una fuerte reducción en los viajes, provocada por las medidas de los países de la región para restringir los traslados en un intento por frenar la propagación del coronavirus.
La clave para saber si más aerolíneas están al borde del abismo es saber si comenzarán a recibir acceso a paquetes de rescate similares a los que han respaldado a las principales aerolíneas estadounidenses y europeas. Sin embargo, los gobiernos de América Latina carecen del nivel de acceso a crédito que ha tenido Estados Unidos y los países europeos durante la pandemia.
Los vuelos a través de América Latina y el Caribe se desplomaron en 93% este año hasta finales de abril, el mayor descenso de cualquier región excluyendo África, según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo. Dado que es probable que la demanda se recupere lentamente, incluso después de que se levanten las prohibiciones de viaje, las aerolíneas enfrentan al menos US$18.000 millones por pérdida de ingresos de tráfico de pasajeros este año.
“Las aerolíneas son una de las industrias más afectadas producto del virus, por lo que no sorprende ver que busquen protección por bancarrota”, dijo Shamaila Khan, directora de deuda de mercados emergentes de AllianceBernstein, en Nueva York.
Sin embargo, considera que cada vez es más probable que los gobiernos tomen medidas para ayudar a la industria. “Creo que se brindará apoyo de liquidez a las aerolíneas para que puedan continuar operando”, señaló.
No obstante, la compañía enfrenta un largo camino hacia la recuperación, dada la probabilidad de una prolongada recesión, especialmente en los viajes internacionales.