La dueña del establecimiento, el club mexicano El Nuevo Rodeo dijo en una entrevista con Edición Digital de Univisión que George Floyd y el agente Derek Chauvin se encargaban de cuidar a los clientes y los artistas que se presentaban en el lugar. “Fue algo espantoso, horroroso, horrible”, expresó sobre el video del incidente.
Cuando George Floyd le imploraba “¡no puedo respirar!” al policía blanco que le presionaba el cuello con su rodilla, se dirigía a un conocido, el oficial con quien trabajó unos meses atrás como parte del equipo de seguridad en un club nocturno mexicano en Minneapolis, Minnesota.
El afroestadounidense murió el lunes debido al sofocamiento, desatando una serie de protestas que continúan en todo el país.
La expropietaria del establecimiento El Nuevo Rodeo, Maya Santamaría, aseguró que Floyd y el policía Derek Chauvin (quien fue despedido) eran empleados de seguridad del club, cuyos clientes son principalmente inmigrantes mexicanos.
Ellos coincidieron laboralmente hasta finales del año pasado.
El Nuevo Rodeo amaneció en cenizas este viernes, como resultado de las revueltas en Minneapolis por la muerte de Floyd.
Alrededor de las 4:20 am fue prendido en llamas el edificio donde se encuentra. Ahí también estaban las oficinas de la estación de radio La Raza 95.7 FM.
“El señor Chauvin, el policía, trabajaba afuera, en su patrulla, y el señor George Floyd trabajaba adentro, quizás en el camerino, cuidando las puertas, trabajando con la clientela y con los artistas. Es muy posible que no tenían ninguna relación”, dijo Maya Santamaría, quien fue la dueña del centro nocturno durante casi dos décadas y que ahora está al frente de la radiodifusora La Raza, a Edición Digital de Univision.
Chauvin, quien ahora enfrenta cargos de asesinato, estuvo en la nómina del club durante 16 años. Trabajaba allí como un agente fuera de servicio. “Me organizaba a los demás policías, me hacía la administración de contratar a los policías de parte del club y él determinaba quién iba a trabajar cuándo”, explicó Santamaría.
No está claro cómo era la relación entre el oficial y Floyd. Santamaría dijo que no sabía si se conocían o tenían algún trato más allá del laboral. Jamás se enteró que hubiera algún conflicto entre ellos.
“Nunca tuvimos ese tipo de roces. Siempre trabajábamos en equipo, con una sola misión de proteger a nuestros clientes y los artistas”, relató.
Floyd fue sofocado por Chauvin muy cerca del club donde ambos trabajaban. En un video del incidente se observa cómo el uniformado presiona la cara y el cuello del afroestadounidense contra el pavimento, junto a una patrulla. Floyd suplicaba “¡no puedo respirar!” y emitió varios gritos de dolor. Lo sometió durante más de seis minutos, hasta que llegó una ambulancia.
El detenido no estaba armado y en la grabación no se observa que se haya resistido al arresto. La Policía de Minnesota informó entonces que Floyd fue arrestado bajo sospecha del delito de falsificación, mientras estaba en su auto y “aparentemente bajo la influencia del alcohol”. El caso sigue bajo investigación federal.
“Fue algo espantoso”
Santamaría dijo que al ver las imágenes que circularon en las redes sociales solo identificó a Chauvin como uno de los policías que contrató los fines de semana durante tantos años. “Al policía Chauvin le faltó escuchar, entender y ser un poco más humano (…) Es muy triste que las cosas hayan llegado a este punto. Se le salieron de las manos. No entiendo qué es lo que estaba pasando por su cabeza”, comentó.
A través de las redes sociales ella vio el video del incidente, que cataloga como un crimen racial. “Mis amigos que conocían a ambos empezaron a mandarme los mensajes y fue algo espantoso, horroroso, horrible (…) Fue una agresión por razones raciales”, comentó.
Dijo que llegó a considerar al policía Chauvin como “un amigo”, pues solía conversar y comer, dentro de una relación laboral. Le extraña lo que ha pasado porque él está casado con una mujer negra.
“Ya es tiempo de parar este tipo de violencia en contra de la gente de color”, pidió Santamaría. “Esto es algo que tenemos que ver como una enfermedad. No solo lo estamos viendo en Minneapolis, lo estamos viendo en Los Ángeles, en Nueva York, en muchas ciudades. Esto es una llamada de atención”.
Los actos vandálicos que se registran en Minneapolis por la muerte de Floyd alcanzaron el edificio donde se encuentran El Nuevo Rodeo, en el cual tocaban grupos de música tropical y del género regional mexicano. En noviembre se presentó Régulo Caro, un famoso cantante de narcocorridos.
“Desafortunadamente amanecí hoy con mi edificio en llamas. Está completamente hechos cenizas en esto momento. Perdimos la estación de radio, perdimos El Nuevo Rodeo”, lamentó Santamaría.