Acto de Beatificación del padre Rutilio Grande será frente Catedral Metropolitana

La beatificación de los mártires salvadoreños, el padre Rutilio Grande, Manuel Solorzano y Nelson Rutilio Lemus; y el italiano Fray Cosme Spessotto se realizará en la Plaza Gerardo Barrios frente a la Catedral Metropolitana de San Salvador, según informó Monseñor Elías Bolaños, obispo de la diócesis de Zacatecoluca.

El oficio se celebrará el 22 de enero del 2022 y será presidido por el Cardenal Gregorio Rosa Chávez, el delegado especial del Pontífice Francisco.

El crimen contra los religiosos ocurrió hace 43 años, asesinados un 12 de marzo. Junto a Rutilio Grande, también murieron Manuel Solórzano de 72 años y Nelson Rutilio Lemus de 16.

El 21 de febrero de 2021, el Papa Francisco autorizó a la Congregación para la Causa de los Santos, promulgar el Decreto que da vía libre para la beatificación.

El ascenso a los altares de los tres nuevos beatos es un proceso relativamente rápido; si se tiene en cuenta que la causa fue presentada en el Vaticano en agosto de 2016.

El papa Francisco aprobó el decreto que reconoce el «martirio» del sacerdote salvadoreño. Esto supone que puede ser beatificado sin la atribución de un milagro a su intercesión. No obstante, sí necesitará la verificación de un milagro para su canonización.

Su muerte y su ministerio en favor de los pobres, ayudaron a inspirar a Monseñor Óscar Arnulfo Romero, que por entonces acababa de ser nombrado arzobispo de San Salvador, el  23 de febrero de 1977. Tres años más tarde, Romero fue abatido a tiros por sus críticas públicas al ejército y su trabajo por los oprimidos en la nación centroamericana.

Francisco, el primer papa latinoamericano y jesuita de la historia, canonizó a Romero en 2018.

Rutilio Grande nació en El Paisnal (El Salvador) el 5 de julio de 1928. Tras pasar por el Seminario, entró en la Compañía de Jesús el 5 de septiembre de 1945. Se formó en diversos países de Europa y América. Fue ordenado el 30 de julio de 1959.

Trabajó en la formación de sacerdotes, así como párroco, y en su misión de evangelización en su país defendió a los más vulnerables. El jesuita fue asesinado junto con Solórzano y Lemus, cuando se dirigían a El Paisnal desde su parroquia de Aguilares, San Salvador a celebrar la novena de San José. En el camino sufrieron una emboscada y el vehículo donde se desplazaban fue ametrallado brutalmente.