«Estamos en peligro de volver a esos escenarios que ya se creían superados. En 2022 vemos señales peligrosas»: FMLN conmemora 41 años de la ofensiva final

Imagen de referencia.
Imagen de referencia.

Por: Redacción YSKL

Autoridades del partido FMLN, presentaron este lunes una ofrenda floral en el monumento “héroes y heroínas” del Cementerio La Bermeja, de San Salvador.

Los activistas conmemoraron 41 años de la “ofensiva final”; un evento que marcó el inicio de la lucha armada de la guerrilla contra el Estado salvadoreño, el 10 de enero de 1981.

El Secretario General del FMLN, Óscar Ortíz, afirmó que la fecha representa la lucha “por un mejor país”. “Eso no era posible si no contábamos con la determinación de enfrentar décadas de dictadura, de regímenes autoritarios, donde prácticamente se mataban las ideas, donde no había tolerancia, donde se metía preso a cualquiera con diferencia política”, manifestó el dirigente.

El evento se considera como el inicio de diez años de guerra civil, que dejó como resultado 70,000 muertos y más de 15,000 desaparecidos. Ortíz afirmó que esta gesta labró el camino a los Acuerdos de Paz, el 16 de enero de 1992.

En ese sentido, dijo que los acuerdos nacionales de hoy en día, «están amenazados»: «Estamos en peligro de volver a esos escenarios que ya se creían superados. En 2022 vemos señales peligrosas, de persecución política, de violación de derechos humanos, del odio y confrontación lo quieren hacer cotidiano». 

«Cumplimos 30 años de una plataforma que abrió espacios de participación en todos los campos de la vida nacional, en donde se abrió la pluralidad, nuevas formas de comportamiento de relación y construcción de lo que queremos en El Salvador», expresó.

El objetivo de la ofensiva final, según dirigentes del FMLN fue para tomar el poder antes de la asunción del Presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, que ocurriría el 20 de enero de 1981. Un año antes, el 10 de octubre, se habría fundado el FMLN como movimiento político que se pronunció por la represión de cuerpos de seguridad del Gobierno.

El 30 de marzo ocurrió una matanza en los funerales del Arzobispo Óscar Arnulfo Romero, hecho que vino a engrosar las filas de los movimientos de izquierda, varios de estos comulgaban con la tesis que la toma de armas era la única vía para arrebatar el poder a la oligarquía de las familias adineradas y la cúpula militar de aquel entonces.

El 10 de octubre de 1981 el FMLN dio a conocer en comunicado que tenían «rodeado» al enemigo (Estado), horas más tarde, cruentos combates ocurrieron en las principales guarniciones castrenses, entre estas San Francisco Gotera, San Miguel, Santa Ana y Zacatecoluca. Pero fueron repelidas por el Ejército, que ya en ese entonces, recibía apoyo militar y logístico de Estados Unidos.

El FMLN había confiado también en que los ataques contra el ejército provocarían insurrecciones locales por todo el país, pero éstas no se produjeron. En la capital se declaró la huelga general y hubo combates de calle entre las fuerzas de seguridad y comandos urbanos y milicias, pero la población tampoco se levantó, y para el 20 de enero, día de la toma de posesión de Reagan, la ofensiva había fracasado. Esto dio pie a que la lucha se trasladara a las zonas rurales, que fueron las más golpeadas en la época del conflicto.