Por: Redacción YSKL
A dos meses del inicio de clases en el sistema educativo salvadoreño, los colegios privados presentan una mayor cantidad de estudiantes matriculados en comparación del año lectivo 2021.
“Hicimos la evaluación de las primeras cuatro semanas donde ya teníamos el dato de un aumento en la cantidad de estudiantes matriculados en el 2022 (…) Una cantidad muy significativa, porque hablar que teníamos 200 mil estudiantes como promedio en 2021, y tener 210 mil estudiantes en 2022 en la misma fecha monitoreada creemos que es una buena noticia”, afirmó Javier Hernández, presidente de Colegios Privados de El Salvador (ACPES).
El titular de la gremial, considera que este aumento se debe a una mayor apertura por parte del padre de familia de enviar a sus hijos a los centros educativos, luego de dos años de la pandemia del Covid-19.
Hernández, detalló que como colegios privados han llegado al 85% de alumnos que asisten presencialmente a su lugar de estudio. “Hay secciones enteras en algunos colegios privados que el 100% de sus estudiantes se mantienen presenciales”, manifestó.
Sin embargo, existe la otra cara de la moneda. Se trata de la deserción escolar, una problemática que de acuerdo a datos presentados por ACPES, hasta mayo del 2021, había alcanzado el 20% en más de un tercio de estas instituciones.
En ocasiones anteriores, ACPES señaló, al igual que en años anteriores, las causas de la deserción son económicas, pero la pandemia del coronavirus profundizó estas condiciones.
Asimismo expresó que puede deberse a que los alumnos emigren a otros países o simplemente decidan ya no continuar en ningún centro educativo.
Según estimaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en 2020 el covid-19 dejó en pobreza al 36 % de la población salvadoreña, mientras el Fondo Monetario Internacional (FMI) calculó para ese mismo año una tasa de desempleo de 9.39 %, que de cumplirse sería la más alta en 27 años.
El profesional de educación, lamentó la situación expresando que podrían darse casos “en que estudiantes que dejaron sus estudios en el 2020, tampoco estudiaron en el 2021, y posiblemente no estén planeando estudiar en el 2022. Eso significaría 3 años de atraso para alguien que ha abandonado el sistema educativo”, detalló.
“Realmente el país pierde capital académico, pierde preparación y competitividad científica, vocacional tecnológica cuando la deserción aumenta, cuando el ausentismo aumenta”, agregó Hernández.
Por lo tanto, el agremiado indicó que las autoridades o encargados del sistema educativo salvadoreño deben correr para poder platicar y de inmediato implementar planes de mejora en cada institución educativa.
