Croacia derrota a Brasil en los penaltis y estará en las semifinales

Imagen de referencia.
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Por: Redacción YSKL

Los fallos de Rodrygo y Marquinhos desde los once metros acaban con una de las grandes favoritas

Cómo perder la fe en Croacia. Cómo darles por muertos y finiquitados. Qué error de Brasil. La ‘canarinha’ está eliminada del Mundial después de dejarse empatar a tres minutos del final para caer después en los penaltis. Antes, había superado con éxito el dolor de muelas que resulta siempre medirse a Croacia gracias a un arrebato de genio de Neymar. Pero su desorganización defensiva y la fe de los ajedrezados acabaron por decidir el duelo a favor de Modric y compañía desde los once metros. Para Brasil se acabaron los bailes y las sonrisas.

Faltan ya muchos de los favoritos, pero los cuartos de final echaban a andar con un duelo de altura entre el vigente subcampeón y el poseedor de cinco estrellas. Palabras mayores. La goleada ante Corea ‘obligó’ a Tite a repetir el once de los octavos, un equipo que regaló la que seguramente haya sido la mejor primera mitad de todo el torneo. Cómo cambiarlo. De nuevo se mostraba con Neymar como estandarte, la velocidad de Vinicius y Raphinha por los costados y el instinto de Richarlison en la punta de ataque. Croacia, por su parte, asomaba al césped con Pasalic. Premio para el hombre que marcó el gol definitivo en la tanda de penaltis de la ronda anterior.

Había cierta sensación de vuelta al lugar del crimen con la visita al Education City, el lugar donde languideció el proyecto de Luis Enrique con la selección española en una tanda de penaltis que es ya historia negra del país. El amarillo sustituyó al rojo en una grada con dominio abrumador de los seguidores brasileños. Dice Kaká que Ronaldo en Brasil no es más que un gordo caminando por la calle y que a Neymar no se le respeta por sus ideas políticas. Pero en Doha no se aprecia ese desdén. Solo el fervor y la ilusión de una afición ruidosa e incansable.

Brasil venía de un festival, pero se dio cuenta pronto que esta vez no le iba a valer solo con el virtuosismo. Debía ponerse a trabajar, al menos, tanto como los croatas. Las combinaciones de Neymar y Vinicius, tan fluidas ante Corea, chocaban esta vez con una defensa granítica y con rostro feroz. Ambos pusieron a prueba por primera vez a Livakovic, pero con disparos tan mansos y lejanos que apenas inquietaron al héroe de la tanda ante Japón. Sirvió para testar, eso sí, que el portero croata ha llegado bendecido a Qatar.

Croacia, era evidente, tenía mucho más que ofrecer. Llegaba como víctima, pero está en sus genes el plantar batalla. Sin miedo, no dudó en irse también hacia adelante en busca de su oportunidad. La primera la tuvo Pasalic, que con todo a favor dio un zapatazo al aire tras un preciso centro desde la derecha de Juranovic.

La lucha se libraba en el centro del campo, y ahí se imponía Modric. Siempre en el sitio, siempre al quite, marcando el son a sus compañeros. Perdía Brasil en la posesión, aunque no era lo que más les inquietaba. El problema es que eran incapaces de salir al contragolpe. Croacia fue ganando peso y presencia en el campo rival conforme aumentaba la incomodidad brasileña. Paquetá, destinado a surtir de balones a los hombres de ataque, apenas la olía. Y Casemiro no daba abasto. El cambio en la ‘canarinha’ respecto al partido anterior era radical. Cierto que Croacia tampoco inquietaba, pero había decidido evitarse problemas quitándole el balón al rival. Una apuesta distinta.

Algo cambió tras el descanso, aún con los mismos protagonistas sobre el césped. Casi en la primera jugada Croacia se quedó sin respiración por un despeje de Gvardiol que no acabó en autogol gracias a la intervención milagrosa del pie de Livakovic. A partir de ahí Croacia cedió terreno y llegaron los mejores minutos de Brasil. Vinicius y Neymar volvieron a poner a prueba a Livakovic, esta vez con más intención. Pero de nuevo volvió a lucirse el guardameta croata. En un intento por sorprender, Tite daba entrada a Rodrygo y a Antony en lugar de Vinicius y Raphinha.

Movía también el banquillo Dalic, dando frescura a su ataque con Vlasic y Petkovic. Estaba claro que a partir de ahí ya tocaba resistir. Antes del final hubo varias más de Livakovic. De nuevo ante un disparo a bocajarro de Neymar, y otra vez más ante Paqueta.

Con la prórroga, el duelo alcanzaba el territorio donde más cómoda se podía sentir Croacia. Aferrada a su espíritu guerrero y al gesto doliente de Modric, que pese a todo seguía corriendo como un gamo. De ellos fue, de hecho, la primera oportunidad. Un rápido contragolpe conducido por Petkovic que acabó con un disparo alto de Brozovic. En la siguiente jugada llegó la genialidad de Neymar, que bajó al centro del campo para recibir e inició desde ahí una veloz carrera en la que encaró la portería después de sendas triangulaciones. Primero con Rodrygo y después de Paquetá.

Con todo a favor, Brasil fue incapaz de sujetar el resultado y permitió un último contragolpe que culminó con el tanto del empate de Petkovic. En la tanda fallaron Rodrygo y Marquinhos, y Croacia repite el guión de hace cuatro años, cuando superó a Dinamarca en octavos y a Rusia en cuartos también por penaltis. Entonces su épica llegó hasta la final.