Un préstamo de $250 millones suscrito con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aún se encuentra a la espera de ratificación por la Asamblea Legislativa; es decir, se encuentra en la segunda de tres fases de aprobación, por lo que el grupo parlamentario de ARENA expuso que acompañarían ratificarlo dándole la utilidad «correcta».
Esta propuesta la hizo el diputado Donato Vaquerano, quien señaló que recientemente en la aprobación presupuestaria de otro préstamo con el BID «pudimos redireccionar algunos de los rubros que nos llevó a un buen final», haciendo referencia a los más de $197 millones dirigidos a FOMILENIO II, al Hospital El Salvador, alcaldías y veteranos.
Según Vaquerano, lo que se quiere evitar es otorgar más financiamiento al Fondo de Protección Civil y Mitigación de Desastres (FOPROMID), debido a los recursos que ya ha tenido el Ejecutivo, «No vamos a seguir apostándole a esta forma de evadir los controles que se han encontrado y tenemos una serie de señalamientos para estas áreas”, aseveró.
Este préstamo forma parte del «Programa de Emergencia para sostenibilidad macroeconómica y fiscal»; del que se tendrá siete años como plazo para pagarlo con 36 meses (tres años) de gracia y la cuota se pagará de forma semestral. La tasa de intereses es de 1.15% fijo más el IVA.
Dentro de estos se otorgarían $96 millones a las alcaldías como parte del 30% de los fondos, según el decreto 608.
Ante esta iniciativa, el diputado de GANA, Guillermo Gallegos, dijo que se «está cambiando el destino del préstamo, me parece que es querernos llevar a la aprobación de hace unas semanas».
El legislador del PDC, Rodolfo Parker, pidió espacio para revisar la propuesta, pues expuso que «estamos viendo el tema de una forma integral, venimos dando seguimiento a las cifras macroeconómicas, somos el país con mayor reducción de exportaciones, mayor cantidad de PIB comprometido, con la menor inversión extranjera directa».
Por su parte, Yanci Urbina del FMLN advirtió que se debe analizar bien, ya que se debe asegurar la especificidad al colocar el destino de los fondos, «que no vayan a ser cosas que quedan a discrecionalidad de los funcionarios».



















