BID: Gobiernos de C.A. deben apostar a fortalecer salud, educación y acceso a tecnologías a grupos subrepresentados para una recuperación post pandemia

Foto: YSKL
Foto: YSKL

La crisis del COVID-19 podría eliminar los avances sociales logrados en Centroamérica, en concreto la reducción de pobreza y desigualdad, además de afectar desproporcionalmente a los más vulnerables, detalla el último informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

La entidad financiera realizó este martes la presentación del informe económico denominado “Desigualdad y Descontento Social”, aportado desde la política pública, en el que detalla un diagnóstico regional sobre la economía.

En una conferencia en la plataforma Zoom, Martha Ruíz, Asesora Económica de Centroamérica México Panamá y República Dominicana, explicó que tras la contracción económica de 2020, se estima que el Producto Interno Bruto (PIB) de la región se recupere parcialmente en 2021, con un crecimiento del 3,8% que lo sitúa ligeramente por arriba de lo previsto para Latinoamérica y el Caribe.

A pesar de esto y de las medidas ya tomadas por muchos países, el informe advierte que la pobreza crecerá unos 6 puntos porcentuales en promedio, lo que implica la caída de 2,8 millones de personas en esta condición.

Adicionalmente, se espera un incremento en la desigualdad en la mayoría de los países: La pandemia ha afectado más a la clase media vulnerable debido a su participación en los sectores más afectados, su concentración en la economía informal y en el ámbito rural, su falta de cobertura médica y la dificultad para que les lleguen los apoyos. Además, tienen menos opción de trabajar y estudiar a distancia por falta de herramientas como internet.

Además del análisis económico, la publicación realiza un análisis de percepciones basado en una escucha de la conversación digital.

Ruíz destacó que “el análisis realizado nos dice que hay un proceso de escucha ciudadana que no se está haciendo. Es necesaria una mejor escucha de sus preocupaciones y expectativas, así como una mayor transparencia y rendición de cuentas, lo que podría mejorar mucho el diseño de las políticas públicas”.

El informe económico propone que para superar la desigualdad es prioritario reducir la brecha en capital humano.

En 2016, el gasto en educación y salud en la región fue del 8% del PIB, frente al 9,5% de América Latina y el 12% de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, OCDE.

El BID recomienda aumentar la extensión y calidad de estos servicios como parte esencial de las políticas de reactivación económica, a la par de la recuperación de los niveles de inversión, producción y empleo.

En cuanto a la financiación, el estudio sugiere que existe un potencial recaudatorio en el sector informal con ingresos altos que permitiría aumentar los ingresos por renta personal entre 20% y 30% dependiendo del país, y así redistribuir.

Finalmente, el informe destaca que la polarización está influenciada por la desigualdad y ligada al riesgo de conflicto. Si bien la polarización de ingresos se ha venido reduciendo, aún es muy alta en Centroamérica, por lo que sería favorable trabajar en la inclusión, más aún en esta región altamente rural. Por ejemplo: Honduras, Guatemala, El Salvador y Panamá concentran cerca del 50% de su población en el área rural.

Una de las maneras de mitigar el riesgo de conflicto, según los autores, es a través de instituciones políticas inclusivas. En ese sentido, Centroamérica aún debe avanzar en la representación política y social de los grupos subrepresentados. Por ejemplo, en todos los países de la región, las minorías están representadas en los Congresos un 66% por debajo de que representan en la población.

“La polarización es un determinante fuerte, esta se entiende en desigualdad entre grupos, más que individuos, se entiende que en la sociedad hay tensión de grupos sociales, ya sea por estatus económicos, política y religión…”, explicó Ruíz.

“Lo que demuestra es que hay factores que importan, uno es la provisión de servicios públicos, como la confianza de las instituciones, la transparencia, la igualdad de oportunidades, temas de seguridad, temas alimentarios, hay un proceso de escucha ciudadana que no se están realizando, un descontento que podría desembocar en conflicto social”, advirtió la experta.

Para evitar un crecimiento de la polarización y el descontento social, el Banco recomienda a los Gobiernos fortalecer servicios esenciales como la educación y la salud, hagan más efectivos sus mecanismos de ingreso y gasto público y generen mayor inclusión política y social de los grupos subrepresentados.

Además recomiendan mejorar la recaudación fiscal, a través de políticas inclusivas que añadan al sector informal activamente económico. «Esto es un reto importante para la región, dos tercios de la población es informal, no contribuyen al fisco, y eso produce una carga desproporcionada en el sector formal (…) existe una proporción significativa de hogares informales no vulnerables, si enfocamos esfuerzos en la recaudación de impuestos podría incrementar 30%, supone más recursos para trasladar a los más necesitados», expuso Ruíz.

Según las proyecciones, tomará entre 2 y 5 años recuperar el PIB per cápita que se tenía antes de la pandemia. La pandemia golpeó más a la clase media, ya que los Gobiernos se volcaron a los sectores más vulnerables, económicamente hablando.