Por: Redacción YSKL
Las conversaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), continúan su curso, aseguró el Presidente del Banco Central de Reserva (BCR), Douglas Rodríguez.
El funcionario, como gobernador país del organismo, dijo este miércoles, en la entrevista Frente a Frente, que el acuerdo se platica “todas las semanas”.
“Las negociaciones no se pueden tomar a la ligera, son decisiones importantes, que hay que tomar con mucha preocupación, estamos en plena negociación con el FMI y estamos bastante cerca”, sostuvo el funcionario.
“Vamos a convocar una conferencia de prensa, junto con el Vicegobernador que en este caso es el Ministro Alejandro Zelaya, para comunicar a la población que hemos llegado a un acuerdo con el FMI, y lo queremos hacer lo más pronto posible y lo queremos hacer bien. Queremos cumplir todas las alternativas”, añadió.
De acuerdo a Rodríguez, el préstamo por $1,200 millones tiene nombre y apellido: Extended Fund Facility (EFF, por sus siglas en inglés), un programa del FMI que financia pagos de la deuda y que contempla la posibilidad de brindar fondos para lograr la estabilidad macroeconómica y el crecimiento económico de los países, posibilitando el repago de los préstamos en un plazo más largo que los programas actuales.
Sobre compromisos adquiridos por El Salvador con el organismo multilateral, el presidente del BCR, dejó entrever que el gobierno ha demostrado “que el país puede pagar”, no aplicarán «medidas en detrimento de la población» y además el empréstito vendría a una tasa “sumamente baja”.
“Lo ratificó en el informe que publicó ayer el FMI, dice que si tu economía es estable y favorable, obviamente tenés capacidad de pagarle, obviamente el Fondo no te va a prestar si tú no tienes la capacidad para pagarte ¿Cómo se traduce eso? Obviamente cuando se busca financiamiento se tienen que buscar alternativas ¿Cuáles son? Plazos largos y si tiene períodos de gracia es mejor; la tasa es sumamente baja, pero eso es tema de negociación; no se pueden adelantar medidas, porque nada está en firme”, explicó.
¿Cómo sería en la práctica?
El Salvador podría estar bajo la lupa del FMI con un esquema de revisiones periódicas que monitorearán el cumplimiento de las metas acordadas a lo largo de, al menos, los próximos 3 o 4 años. «Los acuerdos ampliados suelen aprobarse por períodos de tres años, pero también pueden aprobarse por períodos de hasta cuatro años, a fin de implementar reformas estructurales profundas y duraderas», explica la entidad.
Entre las metas más comunes solicitadas a los países durante los últimos años se establecieron límites mínimos a las reservas y eliminaciones de trabas cambiarias, metas monetarias y de inflación y la exigencia de que la tasa en moneda local sea positiva, es decir, que esté claramente por encima de la inflación esperada, entre otras cuestiones.
En lo que respecta a extensión del préstamo, «los montos que se giran en el marco de un SAF deben reembolsare en plazos de 4 años y medio a 10 años, con pagos en 12 cuotas semestrales iguales. En cambio, los créditos en el marco de un Acuerdo Stand-By (SBA) se reembolsan en períodos de más de 3 años a 5 años», detalla el organismo.
Con base a lo que determina el programa, los desembolsos del FMI estarán supeditados «a la observancia de los criterios de ejecución cuantitativos, y el país miembro y el Directorio del Fondo también pueden usar los exámenes para modificar el programa en función de la evolución económica».
¿Ya no será acuerdo SAF?
El Ministro de Hacienda, Alejandro Zelaya, aseguró en una entrevista televisiva que el acuerdo con el FMI continúa sobre la mesa y que será para aprovechar brechas presupuestarias por tres años, lo que contribuirá a sostener los altos costos asociados a deuda y permitirá al Gobierno facilidades para maniobrar su presupuesto dedicado en gasto social.
Este acuerdo, de $1,300 millones, según dijo, sería a través de un Servicio Ampliado del FMI (SAF, por sus siglas en inglés). El FMI detalló son acuerdos creados «para ayudar a los países que se enfrentan a graves problemas de balanza de pagos debido a deficiencias estructurales, o a una economía caracterizada por un lento crecimiento…».
Para los SAF es necesario adquirir una serie de compromisos centrados en reformas estructurales, esto con motivo de prevenir deficiencias institucionales o económicas por parte de los Gobiernos solicitantes.
No obstante, aún se desconoce los términos para adquirir la nueva deuda. Fue en marzo de este año que el Gobierno anunció el SAF. El Gobierno habría dispuesto reducciones en el gasto del PIB de hasta el 2%, apostándole a un aumento en los ingresos tributarios con estrategias como el Plan Antievasión.
Economistas auguran que si El Salvador va por la vía de un SAF es necesario cumplir tres condiciones: elevar impuestos, reestructuración de deuda y medidas de transparencia y gobernanza. Zelaya mencionó brevemente que uno de los acuerdos planteados es reducir al 10% el gasto público y un ajuste fiscal del 4%.
Al adquirir un EFF se dejaría de lado el acuerdo stand-by contemplado inicialmente, porque estos suelen ser aprobados solo por año y medio, mientras el Extended Fund Facility por tres, justamente lo que busca el Gobierno. Además, también hay un período de reembolso más largo de entre cuatro años y medio y diez años, con amortizaciones en doce cuotas semestrales iguales. Por el contrario, stand-by es de menor duración, con un período de amortización de tres a cinco años.
De momento se desconoce si el Ejecutivo salvadoreño acordará un SAF o un EFF.