Por: Redacción YSKL
El tema de la salud mental es considera como un taboo en la sociedad salvadoreña desde hace décadas, señalan expertos en psiquiatría que estudian el aumento de casos de suicidio, con mayor frecuencia en adolescentes y jóvenes que enfrentan enfermedades como la depresión.
En este sentido, el representante de la Red Mundial de Suicidología, Dr. Carlos Acevedo, aseguró que en El Salvador existe un subregistro de entre 400 a 500 casos de suicidios al año, una cantidad que ha ido en incremento en los últimos años.
“Alrededor del tiempo ha habido una tasa importante de suicidios aquí en el país, hemos andado con tasas de alrededor de 10, 15 por 100,000 habitantes, en este momento podemos decir que traducido anualmente alrededor de 400 a 500 personas comenten suicidio en nuestro país, es una tasa importante”, expresó el especialista.
A nivel global la Organización Mundial de la Salud (OMS) reporta que anualmente se suicidan 700,000 personas en todo el planeta. Además, indica que por cada suicidio otras 20 personas lo intentaron. El suicidio es la cuarta causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años.
Según el psiquiatra, la falta de políticas públicas integrales para el abordaje de la problemática y la falta de información sobre la importancia de la atención de la salud mental, son factores por los cuales existe dicho aumento.
Agregó que los efectos psicológico que generó la pandemia de COVID-19 con el aislamiento social durante y después de la cuarentena estricta en adolescentes y jóvenes han provocado que tengan padecimientos relacionados a la depresión, ansiedad, así como pensamientos suicidas. Casos que también por falta de compresión de la familia pueden complicarse al punto de cometer acciones para quitarse la vida.
“El suicidio siempre da señales (de alerta) y ahora con las redes estamos viendo por ejemplo cuando alguien exprese que «ya no vale la pena vivir», «mejor estar muerto», «para que quiero la vida», «esta vida no me sirve para nada», «soy un estorbo», mucho cuidado con esos mensajes en redes, los padres de familia tienen la obligación de revisar las redes de sus hijos”, manifestó el Dr. Acevedo.
Un elemento en lo que coinciden médicos y especialistas en salud mental es que escuchar a las personas que se encuentran en un estado constante de tristeza, darles un espacio en el que se sientan abiertos al diálogo, puede ser decisivo en la atención de un paciente con depresión.
Asimismo, el impulsar una política de salud pública sobre las enfermedades o síntomas que conducen al suicidio y el tratamiento de pacientes en estado depresivo, debe de convertiste en una prioridad para las autoridades gubernamentales y de esa forma poder reducir el número de personas que deciden quitase la vida en El Salvador.
