Inflación persistente
El FMI prevé que la inflación persistente en Latinoamérica causará una desaceleración en la región, debido a que esta no desciende con la suficiente rapidez y sigue siendo obstinadamente alta, hasta de un 7 % en promedio.
“Sabemos que esta alta inflación perjudica de manera desproporcionada a los hogares de bajos ingresos, particularmente porque se ha concentrado en grandes aumentos en los precios de los alimentos. Y porque los salarios no han podido mantenerse al día con estos precios más altos”, explicó Nigel Chalk, subdirector del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI.
La buena noticia, considera el organismo, es que la mayoría de la región evitará una recesión. Sin embargo, para Gustavo Adler, es imperativo frenar la demanda interna en los países latinoamericanos y esto requiere inevitablemente enfriar el mercado laboral, que ahora superó su límite.
“Si el consumo y la inversión se aceleran muy por encima de la capacidad de generación de empleo de la economía, eso genera presión inflacionaria. Lo único que decimos es que básicamente la demanda y el consumo de inversión tienen que crecer en línea con la capacidad de producir más empleo de la economía y generar este empleo”, explica el jefe de división del FMI.
El economista Marcelo Giugale, actual profesor de la universidad de Georgetown y antiguo directivo del Banco Mundial, vislumbra otra posible solución: “Yo no creo que estén proponiendo abiertamente despidos o enfriar el mercado laboral, a través de despidos. Entonces yo creo que va más por el lado de enfriar la demanda a través del gasto público”.
El 2023
Según el Fondo Monetario Internacional, el crecimiento económico en la región bajará a un 1,6 % en comparación con el 4 % del 2022.
Viendo la desaceleración de la economía, Adler indica que la política monetaria «ya ha hecho mucho» para combatir la inflación, pero considera que los bancos centrales no pueden luchar solos y que los gobiernos deberían dar un paso al frente para así evitar una recesión y tasas de interés altas.
«Si la política fiscal ayudara con la política un poco más restrictiva permitiría bajar las tasas de interés más tempranamente, y eso equilibraría un poco más el uso de las distintas políticas», agrega.
En este sentido, explica, se evitarían ciertos riesgos relacionados con el incremento de los pagos de intereses de la deuda pública, de las empresas y, por supuesto, aquellos sobre el sistema financiero.
Así mismo, el FMI afirma que parte de la solución contra la inflación es que los más ricos empiecen a pagar su verdadera cuota de impuestos.
[Con la colaboración de Karen Sánchez, periodista de la VOA, desde Bogotá]