“Nuestros Mártires pueden ayudarnos a recuperar la memoria… hace falta recuperar el espíritu de los Acuerdos de Paz y la hoja de ruta que ahí se trazó”: Cardenal Rosa Chávez

En el acto de la beatificación de cuatro mártires salvadoreños, asesinados previo al estallido del Conflicto Armado, el Cardenal Gregorio Rosa Chávez aseveró que El Salvador debe recuperar la memoria de lo ocurrido en la guerra y dijo a los asistentes que se debe “recuperar el espíritu” de los Acuerdos de Paz.

En los últimos años, la firma de los Acuerdos de Paz ha sido una controversia, donde el Gobierno y diputados de Nuevas Ideas los han catalogado como una “farsa” y un acuerdo político entre ARENA y el FMLN.

“Nuestros Mártires pueden ayudarnos a recuperar la memoria y la esperanza para que no renunciemos al sueño de un país reconciliado y en paz; un país como lo quiere nuestro Dios justo fraterno y solidario y para ello hace falta recuperar el espíritu de los Acuerdos de Paz y la hoja de ruta que ahí se trazó”, dijo Rosa Chávez.

El clero asemejó el conflicto armado y el martirio de los beatos con “La Gran Tribulación”, que menciona la Biblia.

“Cómo olvidar lo que esto tan horrible trajo consigo, odio, venganza, dolor, destrucción, terror, muerte, calumnias, estigmas de la gran tribulación que compartieron con el pueblo indefenso, como los mártires del apocalipsis su sangre derramada con la que sellaron el testimonio supremo de su fe, se mezcló con la voz de todas las víctimas inocentes cuyos nombres ni siquiera son conocidos, pero Dios si los conoce y conoce su testimonio”, expuso en la homilía.

El Arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas, dijo que la asunción de los mártires “es un regalo de Dios a pesar de la situación difícil que vive el país».

¿Quiénes son los beatos?

Conocido como «padre Tilo», Rutilio Grande fue asesinado el 12 de marzo de 1977 cerca de Aguilares por escuadrones de la muerte. Se suele decir que el asesinato de Grande provocó un giro en Monseñor Romero que hasta entonces era considerado un obispo conservador, cercano a las élites.

Junto al sacerdote fueron asesinados Manuel Solórzano de 72 años y Nelson Rutilio Lemus, de 15; los tres se conducían en un jeep tipo safari hacia El Paisnal, donde el sacerdote oficiaría una misa. Fueron ametrallados a eso de las 5:00 de la tarde.

La Iglesia ahora reconoce también a Solórzano y a Lemus como mártires de la Iglesia por «odio de la fe».

En el caso de  Fray Cosme Spessotto, el franciscano nació en Mansué, Italia, el 28 de enero de 1923 y fue  asesinado  en San Juan Nonualco el 14 de junio de 1980.

Spessotto, fue un italiano que dio la vida por los sanjuanenses, reconocido en vida por los pobladores de San Juan Nonualco como un Siervo de Dios, quien defendió los derechos humanos al inicio de la guerra civil de El Salvador.