Por: Redacción YSKL
El «Mapa de embarazos en niñas y adolescentes» del Fondo de Población de la ONU registró una disminución en el número de embarazos tempranos en El Salvador. Sin embargo, el país centroamericano se ubica entre los 50 países con el mayor número de embarazos en edades de entre los 10 y 19 años.
Un informe del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) reveló que la cifra de niñas y adolescentes embarazadas en El Salvador fue de 10.352 en 2022, lo que representa una reducción del 16 % en embarazos tempranos en comparación con 2021.
Pese a la baja en el número de embarazos en adolescentes, El Salvador se ubica entre los primeros 50 países, de 236, con el mayor número de embarazos entre los 10 y 19 años.
Asimismo, de los 14 departamentos que tiene el país centroamericano, en ocho hubo hasta 20 embarazos o más por cada 1.000 niñas y adolescentes. Si deseas consultar la tasa de embarazos por departamento, interactúa con el siguiente mapa.
En el occidente de El Salvador, Sonsonate y Ahuachapán son los departamentos con las tasas más altas. En el oriente son Morazán y San Miguel.
«Los datos nos muestran que los avances son dispares en el territorio y entre adolescentes», señaló Neus Bernabeu, representante del UNFPA, quien destacó la reducción en el número de embarazos de niñas y adolescentes entre 2015 y 2022, el cual se redujo a 50,3 %.
Inscripciones prenatales en niñas y adolescentes de El Salvador
Desde 2015 a 2022, el número de embarazos en niñas y adolescentes de El Salvador ha bajado hasta un 50,3 %. El gráfico muestra las inscripciones prenatales de adolescentes por año.
Entre las niñas de 10 a 14 años, la tasa de embarazo cayó un 59, 6 % entre 2015 y 2022. Mientras que en las adolescentes de 15 a 19 años, la tasa ha pasado de 48,5 %, 35,4 %.
«El combate contra todas las formas de violencia contra las niñas y adolescentes, incluyendo la violencia sexual, es un camino imprescindible para la reducción de los embarazos a temprana edad», señala el informe.
El UNFPA recomendó promover un mayor empoderamiento de derechos en las niñas y adolescentes para que conozcan y ejerzan sus derechos. Asimismo, procurar entornos familiares y comunitarios de apoyo, un sistema de protección fuerte capaz de restituir sus derechos y un sistema de justicia capaz de reducir la impunidad ante estos hechos.
