Por: DW
Expertos chilenos viajan rumbo a Nueva Zelanda para investigar la «fuerte sacudida» que sufrió el lunes el vuelo L800 de la aerolínea chilena Latam entre Sídney, en Australia, y Auckland, debido a un «fallo técnico» que hizo que el avión se precipitara de forma repentina, dejando unas 50 personas heridas.
Así lo confirmó la Dirección General de Aeronáutica Civil de Chile (DGAC), en un escueto comunicado publicado este martes (hora local), en su cuenta de X. La DGAC lidera esta investigación en coordinación con la Comisión de Investigación de Accidentes de Nueva Zelanda (TAIC, por sus siglas en inglés).
Los investigadores del área de Operaciones y Aeronavegabilidad de la DGAC se unirán a sus colegas de la TAIC, que actualmente se encuentran recogiendo evidencias, incluyendo la incautación de las grabadoras de voz y los datos de vuelo de la cabina, para poder esclarecer qué le sucedió al avión Boeing 787 de Latam.
Las autoridades chilenas no han precisado cuándo se tendrá una idea clara de lo que le pasó a ese avión mientras volaba en el espacio aéreo internacional, aunque según Mary Shiavo, exjefa de la Junta Nacional de Transportes de EE.UU., se podrá tener una idea clara de este incidente en unos 30 días cuando se analicen las evidencias y se presente el reporte preliminar de lo sucedido.
La caja negra debe resolver el misterio
«Perdieron (de vista) todos los instrumentos de un avión de pasajeros a plena carga, es un problema grave», recalcó la abogada especializada en aviación en una entrevista transmitida por Radio New Zealand.
Si bien se sospecha de que haya ocurrido un fallo informático, lo que queda claro es que «tan pronto se obtenga la información de la caja negra, probablemente se resuelva el misterio», acotó Shiavo.
El avión Boeing 787 de Latam llevaba 263 pasajeros a bordo y 9 miembros de tripulación cuando aterrizó el lunes a las 16.26 hora local (04.26 GMT) en el aeropuerto de Auckland, en Nueva Zelanda, después de que la aeronave se precipitara súbitamente en pleno vuelo.
Sin heridas que pongan «en riesgo la vida»
El incidente causó heridas a unas 50 personas, de las cuales diez pasajeros (dos de Nueva Zelanda, cuatro de Australia, uno de Chile, dos de Brasil y uno de Francia) y tres tripulantes fueron trasladados a hospitales, aunque la mayoría ya han recibido el alta y ninguno de ellos sufre heridas que pongan «en riesgo la vida».
Si bien la aerolínea chilena no ha ofrecido hasta ahora detalles del fallo técnico, ni de cuándo sucedió el incidente, uno de los viajeros relató una «caída repentina» unos 45 minutos antes del aterrizaje.
Según página Flightradar, el avión se precipitó unos 100 metros cuando había cubierto unas dos terceras partes de su ruta, cayendo repentinamente de una altitud de 41.000 pies a unos 40.692.
El vuelo L800 entre Sídney y Santiago de Chile con escala en Auckland es muy popular entre las decenas de miles de inmigrantes latinoamericanos que viajan a sus países de origen.