Comunidades indígenas de Nahuizalco advierten serios daños ambientales si se construye una octava represa en río Sensunapán

El río Sensunapán, en Sonsonate, está agonizando. Su cuenca enfrenta múltiples contaminaciones que si no son atendidos, en los los próximos años podrían generar un serio problema para la población. FOTO EDH / Cristian Diaz
El río Sensunapán, en Sonsonate, está agonizando. Su cuenca enfrenta múltiples contaminaciones que si no son atendidos, en los los próximos años podrían generar un serio problema para la población. FOTO EDH / Cristian Diaz

Este martes, se pronunciaron organizaciones indígenas y sociales ante la inminente aprobación y ejecución del proyecto “Pequeña Central Hidroeléctrica Nuevo Nahuizalco II”, el cual se desarrollará en el Río Sensunapán, de Nahuizalco, Departamento de Sonsonate.

Ariela González, de la Fundación de Estudios para la Aplicación del Derecho (FESPAD), señaló que pese a que la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH), emitió una medida cautelar en la cual pidió la suspensión de la consulta pública a la comunidad afectada, que por la pandemia del COVID-19 no pudieron asistir, el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) no acató la medida y continuó con el proceso.

“Entre el 19 de junio y 2 de julio se programó la consulta pública, cuyo único propósito era conocer las posturas de las comunidades, por la aprobación de este proyecto, esta consulta fue hecha por el Ministerio de Medio Ambiente, en lo más fuerte de la pandemia, sin medio de transporte, y sin acceso a internet, la población de Nahuizalco no podía conocer la consulta, con esos obstáculos se hizo la consulta”, lamentó González.

El Río Sensunapán, es uno de los 11 sitios sagrados identificados, con vocación ceremonial e histórica, dijeron las comunidades indígenas. En su cuenca, han sido identificadas fosas en las cuales descansan los restos de sus ancestros, que habitaron a las orillas del río, quienes fueron asesinados en 1932. Son cuatro kilómetros que se podrían desabastecer del recurso.

Luis González, de la Unidad Ecológica Salvadoreña aseveró que esta sería la octava represa que se instalará en el río, que vendría a poner en estrés hídrico al acuífero y afectará a 50,000 familias que habitan en los Cantones Pushtan y Sisimitepet de Nahuizalco; El Almendro de Sonzacate y Loma del Muerto en Sonsonate.

“En nuestro país con nuestra calidad de hídrica tan grave, esperamos que Medio Ambiente, el Ministerio de Agricultura y Ministerio de Vivienda apliquen una política especial para que los proyectos no afecten el ecosistema”, remarcó González.

La presa, aprovechará el recurso hídrico del Río Sensunapán y Grande Sonsonate, con una toma de caudal máximo de 3.7 metros cúbicos por segundo (m2/s) proyectando obtener un potencial nominal de 2.0 Megavatios (MW), en condiciones hidrológicas normales. Estimándose obtener una generación promedio anual de 12, 000,000 kwh.

El Estudio de Impacto Ambiental (EIA), determinó que el proyecto implica un riesgo de desastre, ya que será construido en suelos que, para su uso, deberán ser cambiados de categoría.

“El desarrollo del proyecto conducirá a una impermeabilización especialmente en las zonas de las construcciones de las obras civiles” y sería un propiciador escenario para inundaciones en época de invierno, puntualiza el informe, dado a conocer este año.

Consulta Pública

El MARN lanzó la convocatoria del EIA desde el 19 de junio en la alcaldía de Nahuizalco para que los interesados expresaran si el proyecto afecta la calidad de vida de la población, riesgos a la salud y al medio ambiente, sin embargo, los cantones Sisimitepet y Pushtan se encuentran a cuatro kilómetros de distancia, y por ello, no podían manifestarse. La consulta terminó el 2 de julio.

Este proyecto ya había sido rechazado en 2014 por el MARN, luego que las comunidades indígenas se pronunciaron sobre los daños que implicaría otra represa.

Inspección del Ministerio de Cultura

La PDDH solicitó a mediados de 2020 al Ministerio de Cultura una inspección donde se construirá este proyecto para identificar si constituye un daño irreversible a los sitios sagrados de los pueblos indígenas de la zona, de ser así, debía adoptar medidas para prevenir su realización que estén bajo su competencia.

Sin embargo, la institución no respondió a la solicitud.

De acuerdo con la empresa Sensunapán S.A. de C.V., este proyecto planea generar energía limpia y renovable, asimismo, el 100% del agua regresaría al cauce del río. En un comunicado señalaron que «éste en específico generará un promedio 12 millones de Kw/hora al año, lo cual significa evitar anualmente la emisión al ambiente de un aproximado de 9,000 toneladas de CO2″.

Esta construcción tendría una inversión de 7 millones de dólares y afirman que se ha realizado todas las gestiones requeridas por la Ley para los procesos de obtención de permisos, licencias y otros requerimientos.