Por: Voz de América
Las graves violaciones a los derechos humanos y libertades en países como Nicaragua, Venezuela y Cuba marcaron tendencia este 2021. Así lo reflejan organismos como la CIDH, ONU y observatorios del tema.
El encarcelamiento de centenares de líderes de oposición, disidentes y el acoso a defensores de derechos humanos en Nicaragua, así como en Venezuela y Cuba llamaron la atención este año por las sistemáticas violaciones a los derechos fundamentales.
Pero los reportes de 2021 también abordaron otros temas que no tuvieron igual eco en la agenda mediática.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), con sede en Washington, elaboró reportes pormenorizados sobre los problemas en la región, con especial énfasis en la situación de Nicaragua, Venezuela y Cuba, que merecieron informes especiales por separado.
En uno de ellos, la CIDH reportó la “concentración de poder y el debilitamiento del Estado de derecho en Nicaragua” para explicar la “grave crisis política, social y de derechos humanos”. El país centroamericano completó un criticado proceso de elecciones en noviembre que culminó con la reelección de Daniel Ortega. Varios candidatos presidenciales continúan presos.
Los resultados de esos comicios fueron rechazados Estados Unidos, la Unión Europea y la gran mayoría de países latinoamericanos, por carecer de las mínimas garantías democráticas.
Migrantes
Otro de los temas implícitos en la violación sistemática de derechos fundamentales atañe a los migrantes. La alta comisionada de Naciones Unidas para Derechos Humanos, Michelle Bachelet, indicó en su informe ante la ONU que en algunos países de la región se agudiza la precariedad y la falta de garantías desde los estados.
El caso de Venezuela, dijo Bachelet, llama la atención por las sucesivas denuncias ciudadanas.
“Según algunas organizaciones el salario medio estaría por debajo de 1 dólar estadounidense al mes, mientras se estima que el precio de la canasta de alimentos ha aumentado un 1.800% en el último año”, citó Bachelet, en alusión a la agudización de la situación de inseguridad alimentaria que encara un tercio de los venezolanos.
Y peor aún, recalcó, «la muerte trágica de al menos 28 migrantes venezolanos en el mar Caribe fue un recordatorio de las decisiones que muchos se ven forzados a tomar, así como su vulnerabilidad ante las redes de tráfico y trata de migrantes”, afirmó.
Para la CIDH las migraciones representan un punto flaco en la región, en especial en aquellos países que trazan las rutas migratorias.
El organismo, parte del sistema de la OEA, tiene la vista puesta en países del cono sur, México y Centroamérica, por donde se conforman peligrosas rutas de los migrantes que buscan en su mayoría llegar a Estados Unidos.
En el marco del Día Internacional de las Migraciones, la comisión llamó la atención al tema. “La implementación de restricciones más severas habrían dificultado el acceso a canales regulares para la migración internacional y a procedimientos de regularización de la situación documental de las personas migrantes”.
Indicó además que la falta de acción en los países expuso a mayores peligros a los migrantes, que con frecuencia son víctimas de “actores estatales” y otros dentro de las redes de “trata de personas».
Los migrantes y en mayor proporción las mujeres, son muy vulnerables en su aciaga travesía, indicó el organismo este año.
Los datos recientes de la Organización Internacional para las Migraciones dan cuenta del incremento de la migración en América Latina y el Caribe en diferentes direcciones.
“Se duplicó, aumentando alrededor de 7 a 15 millones en los últimos 15 años”, expone la CIDH, que citó al Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU para alertar que “la población migrante en Latinoamérica y el Caribe —por país de origen— habría aumentado en un 280% entre 1990 y 2020”
Los datos según los organismos no incluyen a las personas que se desplazan fuera de los canales regulares, lo que dificulta conocer la verdadera magnitud del fenómeno.