Nicaragua: Policía anuncia investigación contra obispo

La Policía de Nicaragua anunció el viernes que ha iniciado un proceso de investigación contra el obispo de la ciudad de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, por supuestamente organizar grupos violentos e incitarlos “a ejecutar actos de odio contra la población”.

En un comunicado, la Policía Nacional indicó que la investigación cubrirá a varias personas, incluyendo el obispo —un prelado muy crítico del gobierno de Daniel Ortega_, y advirtió que no podrán salir de sus casas mientras dure la pesquisa.

En las últimas horas, Álvarez ha permanecido encerrado en la curia episcopal de Matagalpa, ubicada a 130 kilómetros al norte de Managua, donde también reside, debido a que la policía le impide salir del edificio. El viernes ofició una misa desde ese mismo lugar, rodeado por decenas de agentes policiales y tropas antimotines.

El anuncio policial fue difundido horas después de que la vicepresidenta y primera dama, Rosario Murillo, criticara los “pecados de lesa espiritualidad” y “el exhibicionismo del odio”, en una aparente alusión a Álvarez.

“El odio es un crimen, y todo crimen es un delito que debe investigarse y desde las instituciones respectivas tomar las medidas, para que nunca más la violencia o el odio pretendan arrebatarnos la paz”, advirtió.

Más temprano, el diputado sandinista Wilfredo Navarro, uno de los directivos del Parlamento, acusó a Álvarez de realizar “un show mediático” frente a la Policía y de estar nuevamente incitando a la violencia y al desorden.

Navarro dijo que Álvarez dirigió junto con otros curas el fallido golpe de Estado, en alusión a las protestas sociales de 2018 que pusieron en jaque al régimen de Ortega. Señaló que en ese entonces los templos fueron “cuevas de delincuentes y asesinos” y que hoy el obispo de Matagalpa está transformando nuevamente la Iglesia en cuarteles donde se guardaban las armas y donde se planeaba la violencia.

“Sobre su cabeza se derrama la sangre de los nicaragüenses, de los policías y de los sandinistas que fueron asesinados”, adujo Navarro tras señalar que Álvarez no está por encima de la ley y que “su sotana no le da impunidad”.

Durante la homilía transmitida por las redes sociales, Álvarez afirmó que tiene fuerza espiritual.

“Los sacerdotes y los jóvenes que estamos retenidos en nuestra curia episcopal de Matagalpa, ¿qué vamos a hacer? Tenemos alegría en el corazón, fortaleza interior y paz en nuestra vida”, aseguró.

En la noche, la arquidiócesis de Managua, que administra el cardenal Leopoldo Brenes, divulgó un breve comunicado en el que expresó su cercanía con Álvarez y con los sacerdotes de Matagalpa “ante la circunstancia difícil que están viviendo”.

El informe expresó la confianza de la arquidiócesis en “que la comunicación franca y respetuosa” pueda abrir caminos de entendimiento, pero no reveló si se ha entablado en las últimas horas algún tipo de diálogo con Ortega para reducir las tensiones.

El lunes, el gobierno de Ortega cerró ocho radiodifusoras y un canal de televisión de Matagalpa por supuestos asuntos técnicos. Siete de las emisoras clausuradas pertenecían a la diócesis provincial que administra Álvarez, incluyendo Radio Católica del municipio de Sébaco, cuyo párraco Uriel Vallejos quedó sitiado por la policía dentro de la casa cural de la localidad norteña.

Según medios de prensa locales, Vallejos habría logrado salir de ese sitio el jueves por la noche hacia “un lugar seguro”, pero él no ha confirmado esta información.

En la ciudad de Matagalpa, la policía acordonó desde el miércoles la zona en torno a la residencia de Álvarez, quien desde la esquina de su casa desafió a los agentes armados con un crucifijo. Posteriormente la policía le impidió salir para oficiar una misa en la catedral y desde entonces mantiene bloqueados los accesos a su residencia y a la curia.

El gobierno de Nicaragua mantiene en prisión a casi 190 personas, según la oposición, en su mayoría arrestadas durante la campaña electoral de 2021, tras la cual Ortega se reeligió para un cuarto mandato consecutivo. Siete de las personas presas eran precandidatos a la presidencia que pretendían disputarle el poder.