La agencia Moody’s Investors Rating emitió el pasado 4 de febrero el informe sobre la revisión del perfil crediticio de El Salvador, manteniendo la calificación de riesgo en B3, pero cambió su perspectiva a negativa.
De acuerdo con la calificadora, el perfil del país es «altamente negativo», debido a la confrontación política entre poderes Ejecutivo y Legislativo que impedirían el progreso económico, necesitando medidas de consolidación o ajuste fiscal.
«Lo que refleja su débil efectividad gubernamental, imperio de la ley, desafíos de seguridad», apunta el informe.
Asimismo, expusieron que la perspectiva negativa se refiere a los riesgos crediticios asociados con los riesgos de implementación de próximos esfuerzos de ajuste fiscal, así como los altos riesgos de liquidez impulsados por «las grandes necesidades brutas de financiamiento» entre los años 2021 a 2023 y «las preocupaciones persistentes sobre la sostenibilidad de la deuda a pesar de un ajuste fiscal esperado».
Además, manifestaron que a pesar que el Gobierno comience a consolidar las finanzas en este 2021 y en 2022, «es poco probable» que se estabilice la deuda, pues ya ha superado el 90% del Producto Interno Bruto (PIB).
Actualmente, de la calificación Aaa siendo la más alta a C, la más baja, El Salvador se mantiene en B3.
Puede leer el informe completo aquí.