El Comité Nacional Monseñor Romero y organizaciones católicas conmemoraron 41 años del magnicidio de San Óscar Arnulfo Romero. Hecho sucedido el 24 de marzo de 1980.
Representantes de la Iglesia Anglicana y feligresía partieron en caravana desde el Parque Cuscatlán en San Salvador, con rumbo al Monumento al Divino Salvador del Mundo, para hacer una reflexión de las enseñanzas del Obispo Mártir, quien fue abatido por una bala de francotirador, mientras oficiaba una misa en la Capilla del Hospital Divina Providencia, precisamente durante la consagración eucarística.
En el marco del 41 años del magnicidio de San Óscar Arnulfo Romero distintas organización marchan hacia el monumento al Divino Salvador del Mundo para realizar un acto conmemorativo. @MaribelJovel pic.twitter.com/CQe1uyjOVw
— Radio YSKL (@radioyskl) March 24, 2021
El coordinador del Comité Monseñor Romero, el sacerdote Trinidad Nieto expresó la importancia de conmemorar el magnicidio, pese a que su muerte sigue impune: “Son 41 velas que se colocan en el Salvador del Mundo, simbolizando cada año del asesinato, aquí hay expresión cultural, musical; el movimiento social, popular, y de derechos humanos se unió a esta gran fecha, esto es un logro, tal y como dijo Monseñor, sólo el pueblo organizado puede atravesar la peor de las situaciones”.
Por su parte, el Padre Germán López de la Iglesia Anglicana, lamentó que el Estado no ha dado con el paradero de los autores de este crimen y cuestionó el poco avance de las investigaciones judiciales.
“Es necesario pedir que se haga justicia. Él (Romero) está en la situación de muchos salvadoreños que no se ha hecho justicia, pedimos al Estado no obstaculizar toda la información que se tenga para esclarecer este abominable crimen, la impunidad la impulsa desde el Ejecutivo, la Corte Suprema de Justicia y aún la Asamblea Legislativa”, señaló.
Una nueva audiencia será instalada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en la que se requerirá la participación del Estado salvadoreño por la investigación del asesinato de Monseñor Óscar Arnulfo Romero el 24 de marzo de 1980, así lo indicó la organización Tutela Legal “Doctora María Julia Hernández”, que es parte demandante.
Según el abogado de dicha asociación, Alejandro Gómez, esta audiencia se realizará entre abril y mayo próximo, luego que se llevara a cabo una el mes de septiembre el año 2020.
«El Estado va a salir malo, ante la comisión, ante la Corte», aseveró Gómez.
Esto debido a que la organización denunció que tras la reapertura del caso en el Juzgado Cuarto de Instrucción de San Salvador ordenó en mayo de 2017 para la investigación penal del asesinato del religioso, no se han notificado avances.
La CIDH declaró al Estado culpable en 2020 por la violación de derechos en referido homicidio, así como a sus familiares, comunidad religiosa y el conjunto de la sociedad salvadoreño.
Ante esto, la Comisión emitió tres recomendaciones, tales como investigar, juzgar y sancionar a los responsables; medidas de reparación y ajustar la legislación de país para ahondar investigaciones.
«La comisionada que estuvo en esa audiencia (en septiembre) dijo claramente que preocupaba que a tanto tiempo, que a tanto años, no se había hecho una investigación real; ha sido de verdad pantomima, ha sido una burla que en todos estos años se hiciera un proceso donde hasta se incluyeron a personas que no tenían nada que ver», dijo Gómez.
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En 1993, la Comisión de la Verdad, creada por los Acuerdos de Paz de Chapultepec (México) para investigar los crímenes más graves de la guerra civil salvadoreña, concluyó que el asesinato de monseñor Romero había sido ejecutado por un francotirador que fue contratado por miembros de los escuadrones de la muerte, supuestamente dirigido por Roberto D’aubuisson, fundador del partido ARENA. En 2004, una corte de los Estados Unidos declaró civilmente responsable del crimen al capitán Álvaro Saravia, uno de los brazos operativos del dirigente tricolor.
El 24 de marzo de 1990 se dio inicio a la causa de canonización de monseñor Romero. En 1994 se presentó de modo formal la solicitud para la canonización a su sucesor Arturo Rivera y Damas. A partir de ese proceso, monseñor Romero recibió el título de Siervo de Dios.
El 3 de febrero de 2015 fue reconocido por parte de la Iglesia católica como mártir «por odio a la fe», al ser aprobado por el papa Francisco el decreto de martirio correspondiente y promulgado por la Congregación para las Causas de los Santos.
Por eso mismo, en consonancia con los procesos debidos según los estipula la misma Iglesia católica, el 23 de mayo de 2015 fue beatificado en la plaza Salvador del Mundo. Poco más de tres años más tarde, el 14 de octubre de 2018 fue canonizado por el papa Francisco en la plaza de San Pedro en Roma.
La Iglesia católica lo venera como santo y algunos de sus fieles se refieren a él como san Romero de América.
